¿Qué hubiese hecho NaBai si en los tiempos de la insumisión les hubiesen ordenado algo semejante?
La decisión del alcalde de Zizur Nagusia, Pedro Huarte, de disolver por decreto el grupo municipal de ANV en esa localidad es curiosa, dado que el primer edil de ese municipio es miembro de Nafarroa Bai y la posición de esa coalición en contra de la Ley de Partidos y de tribunales especiales como la Audiencia Nacional es pública y conocida. Lo que ya no es tan curioso es la justificación de la medida, que se resume en las palabras del propio Huarte: «El alcalde lo único que hace es cumplir los fallos que le obligan a ello. Ni quita ni pone, ni se inventa nada».
Zizur es una de esas localidades navarras que durante los años de la insumisión aportó docenas y docenas de jóvenes a una lucha que, entre otras cuestiones, contraponía legitimidad a legalidad. La defensa de un modelo de sociedad distinto, la reivindicación de una nación con una cultura política diferente a la que intenta imponer el Ejercito español, la desobediencia y la lucha de masas como instrumentos de transformación social... llevaron a cientos de jóvenes a la cárcel. Y a varios alcaldes ante los tribunales. Algunos de aquellos defienden ahora la postura de NaBai. Ahora bien, ni quitan ni ponen.