El ex líder de los serbios en Bosnia, Radovan Karadzic, intentó decirlo el jueves ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), pero el juez le interrumpió al considerar que se trataba de cuestiones no pertinentes en la primera vista oral. Ayer, su alegato, de cuatro folios de extensión, fue hecho público por el TPIY. En él considera que no recibirá un juicio justo ya que nadie cree en su absolución y denuncia que la «caza de brujas» comenzó cuando los medios musulmanes comenzaron a llamarle «criminal de guerra», incluso antes de que comenzara la guerra y cuando «sólo había víctimas serbias».

Asegura que «los medios de comunicación internacionales siguieron con esta caza de brujas y yo no estaba en la posición de poder defenderme, por lo que es inimaginable que la mayoría de esta Corte pueda absolverme», un hecho que, en su opinión, «dinamita el propio proceso y excluye cualquier posibilidad de regularidad».

En su alegato, Karadzic afirma que el período de 13 años durante el que estuvo prófugo de la Justicia estuvo lleno de «irregularidades» y explica que no se entregó antes al TPIY porque tenía que cumplir un pacto ofrecido en 1996 en nombre de EEUU por el entonces mediador estadounidense Richard Holbrooke, según el cual tenía que retirarse de la vida política y pública a cambio de inmunidad.

Insiste en que éste le aseguró que «no sería juzgado ante este Tribunal». Añadió que él cumplió su parte, pero que EEUU, al verse incapaz de hacer lo propio, se plateó «liquidarme» para que no revelara la existencia del pacto. Por eso, dijo seguir temiendo por su vida.

Ayer, Holbrooke rechazó lo manifestado por Karadzic y dijo que algo así hubiera sido «inmoral y falto de ética».