El pasado 25 de julio dos personas pintaban los paños verdes de los elementos del puente de La Zurriola, también conocido como puente del Kursaal: faros, farolas y barandillas. Como resultaba evidente que el color de las nuevas manos de pintura se alejaba del color de siempre, pregunté acerca de quién les había ordenado repintar de ese otro verde, y la respuesta fue, aproximadamente, «si vas a la tienda y encuentras un color más parecido, nos lo traes y seguimos». Ante tan sorprendente respuesta, insistí en conocer el nombre de la persona que les había ordenado usar el nuevo verde, claramente diferente al que siempre hemos conocido y disfrutado. No hubo manera. Tomé varias fotos y me alejé atónito y molesto.

El color con el que siempre hemos conocido estos elementos del puente es aproximadamente el denominado «verde-renfe», aproximadamente una referencia RAL 6002. Sin embargo la referencia del color de repintado pudiera aproximarse a un RAL 6018. En efecto, muy diferentes.

El nuevo Plan General «preserva» el puente de la Zurriola adjudicándole el grado de protección III, reconociéndole elementos protegidos «solo en su envolvente exterior». Resulta, pues, sintomático que un elemento arquitectónico protegido, emblema de la ciudad-empresa y todo lo habido y por haber... no parezca disponer de la correspondiente ficha de mantenimiento con la especificación precisa e inequívoca de los colores de revestimiento. Y ante el disparate de la alteración producida es probable que no aparezca la persona responsable de esta aberrante manera de tratar al puente.

Resulta bizarro que el nuevo verde sea sensiblemente más parecido al verde Heineken omnipresente en esta ciudad; quizás se prepare así la transición al puente Heineken-Zurriola-Kursaal, al modo del Jazzaldia... Alguien del Ayuntamiento ha debido de tomarse al pié de la letra el manido «piensa en verde». Quizás deba de invitársele a formar parte de la ínclita Agenda 21, y encargarle un informe sobre patrimonio y contaminación visual.

Sería deseable que estos elementos del puente recuperen rápidamente su color de siempre y todo ello se haga a costa de quien resulte responsable de este disparate. Porque si no ya se sabe: cada disparate prepara el siguiente disparate... Y muy frecuentemente a costa del erario público. Y que digan públicamente de quién depende que el puente se degrade así.