En doce años, la mortalidad a consecuencia de la infección del VIH y el posterior desarrollo del sida ha disminuido «de manera notable». Así lo aseguró ayer el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Nafarroa, Julio Sola Boneta, al tiempo que añadió que en el herrialde anualmente se registran 30 nuevos casos de contagio por esta enfermedad, la mayoría por transmisión sexual.

«Hace veinte años, casi todos los contagios se daban por el intercambio de jeringuillas, y sin embargo ahora el mayor problema es la transmisión por vía sexual. La creciente llegada de inmigrantes también ha generado el aumento de los casos de contagio por esta vía, ya que en muchas ocasiones no reciben la información necesaria en sus paí- ses de origen», afirmó.

Asimismo, cabe destacar que desde 2005 no se ha registrado ningún caso de contagio de madre a hijo, algo que a juicio del doctor «se ha logrado gracias a las campañas de información y concienciación que se han puesto en marcha en relación a esta enfermedad».

De todos modos, Boneta lamentó que por desgracia muchos jóvenes no perciben el riesgo de contagio, y solamente toman medidas para evitar embarazos, «olvidándose del peligro de contraer una enfermedad de transmisión sexual».

Actualmente, en Nafarroa son tratados 662 pacientes por infección del VIH, de los cuales once toman dos fármacos; 505, tres; 139 personas toman cuatro; y sólo hay siete pacientes que necesitan ingerir cinco medicamentos. Además, el gasto anual del sida supone el 16% del gasto de Farmacia del Hospital de Nafarroa, que en el año 2007 fue de cuatro millones de euros.

Dos nuevos fármacos

El jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Nafarroa quiso dejar claro que a día de hoy, y con los medicamentos existentes, «los portadores del VIH, si son constantes con el tratamiento, pueden llevar una vida completamente normalizada», no sin antes matizar que la comercialización de dos nuevos fármacos antirretrovirales «ha sido fundamental para aquellos pacientes que se encontraban en multifracaso y que ya no disponían de otras opciones terapeúticas».

Según explicó, se trata del inhibidor de la integrasa Raltegravir y del antagonista del correptor Maraviroc. «El primero ac- túa bloqueando la enzima responsable de introducir material genético del VIH en el núcleo de la célula infectada, mientras que el segundo actúa en la superficie de la célula, bloqueando un correceptor celular que algunas cepas de VIH utilizan para entrar en ella e infectarla».

En estos momentos, hay 12 personas que están recibiendo el tratamiento de estos nuevos medicamentos, 9 con inhibidores de la integrasa y 3 con inhibidores de correceptores.

No obstante, Boneta apuntó que no todos los pacientes son capaces de seguir adelante con el tratamiento, una cifra que estimó en torno al 15% de los casos. «Hay personas que no están suficientemente concienciadas y optan por abandonar el tratamiento enseguida, algo que en muchos casos tiene consecuencias drásticas».

Asimismo, reconoció que el coste de los fármacos es muy elevado, ya que pueden llegar a valer 4.000 euros al año.