El presidente del Gobierno autonómico de Kurdistán Sur, Massud Barzani, rechazó el proyecto de ley que regirá las elecciones provinciales en Irak, que calificó de «conspiración».

«Para nosotros, está claro que lo que pasó el 22 de julio fue una gran conspiración y representa un gran peligro para el proceso democrático y constitucional en Irak, particularmente para los kurdos», afirmó Barzani.

Este proyecto de ley fue aprobado en un contexto muy tenso, ya que en el momento de la votación sólo estaban presentes 140 de los 275 diputados que forman la Cámara. Varios parlamentarios denunciaron irregularidades en el procedimiento de votación y 54 parlamentarios kurdos boicotearon la sesión.

Por ello, el Consejo Presidencial, formado por el presidente de Irak, el kurdo Jalal Talabani, y sus dos vicepresidentes, decidió suspender la ley.

Las kurdos se oponen a esta ley debido a sus diferencias respecto al futuro de Kirkuk, ciudad que acoge los mayores yacimientos petrolíferos de Irak, y que quieren incorporar a la autonomía de Kurdistán Sur. En el mandato de Saddam Hussein se produjo un proceso de arabización de esta ciudad.