Iñaki VIGOR

Durante el pasado año 2007 la empresa Signus Ecovalor gestionó en Nafarroa un total de 4.345 toneladas de neumáticos que habían quedado fuera de uso. Esta cantidad supone sólo el 2% de las 213.542 toneladas gestionadas ese mismo año en todo el Estado español, donde anualmente se desechan en torno a 30 millones de neumáticos. Hasta hace un par de años, aproximadamente la mitad de ellos acababan en los vertederos o abandonados en cualquier lugar, lo que generaba un gran impacto medioambiental. Hay que tener en cuenta que el caucho de los neumáticos puede permanecer siglos en el medio ambiente antes de descomponerse, con todo lo que ello conlleva de contaminación. La legislación europea intentó solucionar este problema prohibiendo que, a partir del 16 de julio de 2006, los neumáticos fuera de uso fuesen llevados a los vertederos. Como contrapartida, el precio de los neumáticos nuevos se encareció a partir de ese mismo año para sufragar los gastos de su posterior reciclado.

395 toneladas en Nafarroa

En el Estado español, la gestión de estos residuos recayó en la firma Signus Ecovalor, constituida por grandes empresas fabricantes de neumáticos: Bridgestone, Continental, Goodyear-Dunlop, Michelin y Pirelli. Signus se encarga de recoger las ruedas de goma desechadas y tratar de facilitar su posterior reutilización. Pero la cuestión seguía siendo qué hacer con esa inmensa cantidad de ruedas que quedan fuera de la circulación. Y al final parece que se han encontrado soluciones: recauchutado, exportación y asfaltado de carreteras. Según los datos facilitados por Signus, el pasado año fueron destinadas a la exportación en torno a 18.000 toneladas recogidas en el Estado español.

Por lo que se refiere a Nafarroa, la misma empresa informó de que en este herrialde cuenta con la colaboración de 613 talleres para realizar la recogida, lo que permite cubrir el 88,4% de la población navarra. En el pasado ejercicio 2007 -el primero completo desde que Signus comenzó sus operaciones-, se reutilizaron en Nafarroa 395 toneladas, cuyo destino fue principalmente la exportación y el recauchutado. (Signus no aportó datos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa). El resto de los neumáticos son sometidos a un proceso para su posterior reutilización, lo que está generando una nueva industria en torno a esta materia prima.

Una de los principales usos consiste en transformar las ruedas en caucho para construir campos de deporte con césped artificial. También se hacen pistas de atletismo, suelos de seguridad para parques infantiles, tuberías, suelas de calzado, diversos artículos de caucho e incluso ornamentación, sin olvidar la aplicación del polvo de caucho en mezclas vituminosas y otras aplicaciones industriales.

Pero sin duda el gran futuro del reciclado de los neumáticos está en las carreteras. Las ruedas que no pueden ser recauchutadas para ser utilizadas de nuevo, son transportatadas hasta una planta de triturado para obtener un finísimo polvo de caucho, que posteriormente se mezcla con arena, piedra y betunes para formar una masa de asfaltado. Este proceso encarece el producto final en torno a un 10-15%, pero tiene la ventaja de que las calzadas se deforman menos, se filtra mejor el agua y amortigua el ruido del paso de los vehículos.

En calles y autopistas

Los ensayos realizados con esta mezcla de asfalto y polvo de caucho están teniendo un notorio éxito, ya que se ha demostrado que mejoran la calidad técnica de las carreteras porque evitan la aparición de grietas y deformaciones. Así, en Iruñea ya se han asfaltado varias calles de la ciudad con esta mezcla, que también ha sido utilizada para asfaltar un tramo de 34 kilómetros de la autopista AP-15, concretamente desde el peaje de Marcilla hasta Tutera y en la zona de Artederreta (El Carrascal).

Uno de los objetivos para los próximos años es destinar el 70% de los neumáticos reciclados al asfaltado de calzadas. Como se trata de un producto más caro que el utilizado hasta ahora, a corto plazo elevará los costes de producción, pero a largo plazo se espera obtener ahorro porque requiere menos gastos de mantenimiento.

Otra de las utilidades que se viene dando a los neumáticos que quedan fuera de uso es obtener energía mediante su incineración, tal como se hace con el carbón. Este uso como combustible se realiza sobre todo en industrias cementeras, pero se trata de una práctica que suscita el rechazo frontal de las organizaciones ecologistas debido a que la combustión de las ruedas produce la emisión de gases con partículas nocivas para el entorno.