La competición de natación arrancó en el Cubo de Agua con un par de récords olímpicos y la eliminación en la primera ocasión de Borja Iradier. Michael Phelps, aspirante a convertirse en el deportista más laureado de la historia olímpica, comenzó con buen pie su maratón.

Compareció afeitado y sin bigote a la primera de las 16 ó 19 rondas que incluye su estancia en Beijing y se apuntó el triunfo en la serie de 400 metros estilos con un registro de 4 minutos, 7 segundos y 82 centésimas, el cuarto mejor de todos los tiempos en una discipina que el de Baltimore domina sin concesiones. Mejorar su récord olímpico le resultó fácil: «Estoy muy satisfecho con el tiempo. No pensaba que iba a nadar tan rápido en las eliminatorias. Ahora todo lo que sé es que quiero estar en la calle del centro en una final en la que puede haber una buena pelea entre tres o cuatro nadadores», dijo, aunque no especificó que la batalla en cuestión será por franquearle en el podio.

Rendidos de antemano

Campeón mundial, olímpico y plusmarquista en sucesivas ocasiones -la última en Omaha (Nebraska) durante la disputa de los Trials, escenario de sus 4:05.25-, ni dosificándose para lo que le espera baja el nivel. Sus rivales admiten su impotencia ante el torbellino estadounidense. Su compatriota, adversario y sin embargo amigo Ryan Lochte es contundente: «Es duro pero para poder con Michael tienes que hacer la carrera perfecta».

El húngaro Laszlo Cseh comparte opinión: «Para ganarle habría que nadar por debajo de su récord». Resignados a pelear por la plata a la hora en que este periódico vea la luz probablemente Phelps se habrá colgado el primero de los ocho oros marcados en su hoja de ruta para su estancia en china.

El otro récord olímpico en esta primera jornada con sólo eliminatorias se produjo en los 100 metros braza y el registro es también récord europeo.

Alexander Dale Oen ya era el plusmarquista continental pero ayer le metió un buen pellizco a los 59.76 que estableció en primavera en el Europeo de Eindhoven. El bracista noruego, con 59.41, consiguió el mejor registro de una serie en la que nada menos que cinco de los participantes bajaron del minuto.

Entre ellos, el campeón olímpico en Atenas 2004, el japonés Kosuke Kitajima, que con 59.52 también contribuyó a elevar el nivel mientras el plusmarquista mundial, el estadounidense Brendan Hansen, asistía atónito y accederá a las semifinales con la décima marca.

Entre tanto fenómeno aumentaban las dificultades para Borja Iradier. Ni siquiera batiendo su mejor registro, 1:01.32, que es además récord del Estado español hubiera pasado de ronda. Vestido con un Speedo LZR Racer negro, con detalles grises, el zarauztarra nadó por la calle 6 y terminó séptimo en 1.01.83 aunque la descalificación del italiano Terrin, tercero, le ayudó a mejorar un puesto.