Han pasado cuatro años desde los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y el baloncesto femenino sigue teniendo las mismas dominadoras. Estados Unidos, Australia y Rusia manejan con puño de hierro los designios del basket entre las mujeres. La única diferencia estriba en el nombre de la cuarta en discordia. Si en Atenas fue Brasil, en Beijing la invitada para la «merienda» de las tres grandes no será otra que la selección anfitriona, que se deshizo con facilidad de Bielorrusia por 77-62.

De hecho, los 15 puntos de diferencia de la selección china resultaron el marcador más apretado, ya que las favoritas ganaron a la República Checa, Corea y España por un mínimo de 19 puntos.

Fue la selección rusa la que más sufrió de las tres. Las mujeres dirigidas por Igor Grudin tuvieron a una selección española muy correosa que, con un arranque espectacular, llegó a disfrutar de 16 puntos de ventaja. La defensa de las de Evaristo Pérez ahogaba a las vigentes campeonas de Europa -este partido no era sino la reedición de la final del Eurobasket 2007- y Amaya Valdemoro martilleaba la canasta rusa sin conmiseración. Una canasta de Isa Sánchez dejaba el marcador en 10-21 al final del primer cuarto.

Fue entonces cuando, de la mano de la base nacionalizada Becky Hammon, la selección rusa espabiló. La estrella de la WNBA enseñó el camino a sus compañeras, que empezaron a ver el aro cada vez más grande. Las españolas aguantaban por delante al descanso (32-40).

Hasta ahí llegó la gasolina de las hispanas. Tras el 56-55 con el que se llegó al último período, Rusia, con unas Schegoleva, Stepanova y Korstin lanzadas, endosó un terrible parcial de 28-10 que doblegó a las españolas por 84-65.

EE.UU. busca venganza

La selección rusa se medirá a la de Estados Unidos en la semifinal de mañana, en la reedición de la semifinal de hace cuatro años, y la del mundial de Brasil 2006. La cita brasileña pasará a la historia porque las de Grudin derrotaron a las estadounidenses, de modo que las chicas de Anne Donovan estarán dispuestas a todo con tal de limpiar esa afrenta.

Y es que Estados Unidos es la gran favorita al oro, con permiso de Australia. Hasta la fecha, su victoria menos abultada ha tenido 36 puntos de renta. Ayer, las norteamericanas avasallaron a Corea (104-60). Las asiáticas soportaron el primer envite, 25-21, pero a partir del segundo asalto debieron capear un auténtico vendaval. Las de Donovan, que tuvieron en la pívot Sylvia Fowles su principal estrella -26 puntos y 14 rebotes fueron sus números-, endosaron sendos parciales de 26-9 en los dos siguientes períodos, dejando a Corea desarbolada y el partido sentenciado.

Australia, la verdadera alternativa al oro -vigentes campeonas del Mundo y medalla de plata en Atenas 2004, ahí es nada- apabullaron por 79-46 a una República Checa en franca decadencia. Una vez más, la pívot Lauren Jackson fue la principal estrella de las Opals, con 17 puntos y 12 rebotes. Su control bajo los tableros -capturaron hasta 58 rechaces- dejó sin opciones a la selección eslava desde el primer cuarto.