Semana sangrienta para el régimen argelino en su guerra al islamismo
Dos coches bomba contra intereses extranjeros y contra el Ejército argelino dejaron ayer un saldo de una docena de muertos en Bouira, en la Kabilia, mientras el Gobierno argelino seguía contando los muertos del atentado suicida de la víspera en una comisaría policial en el mismo e indómito territorio. Son ya más de 70 los muertos en una semana en vísperas del inicio del Ramadan, mes propicio para los islamistas armados en su lucha contra el Gobierno de Argel.
GARA |
Argelia vive desde el pasado jueves una semana sangrante, jalonada de emboscadas y ataques suicidas que han dejado un saldo provisional de más de 70 muertos y decenas de heridos en la Kabilia, al este de Argel
En la mañana de ayer, dos coches-bomba explotaron en el centro de Bouira, 120 kilómetros al sudeste de la capital argelina, provocando la muerte a 12 personas y dejando 31 heridos.
Una primera explosión, a la entrada de un hotel, tuvo como objetivo un autobús que transportaba a empleados argelinos de la empresa de trabajos públicos canadiense SNC Lavalin, encargada de construir una presa.
Un segundo coche-bomba explotó en un barrio militar en esta ciudad, que forma parte del llamado «cuadrilátero de la muerte» formado por Argel, Tizi Uzu, Bumerdes y la propia Bouira, en las primeras estribaciones del territorio independentista de la Kabilia.
Este enclave montañoso y boscoso es el refugio de numerosos emires (jefes islamistas), entre ellos Abdelmalek Droukel, alias Abu Mussaab Abdeluadud, considerado líder de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), sección regional de la red de Osama Bin Laden y que ha reivindicado los atentados suicidas cometidos desde 2007 en territorio del Estado argelino.
Este ataque tiene lugar 24 horas después del atentado-suicida contra un centro de reclutamiento de la Gerndarmería en Issers (Budermes) y cuyo balance se elevaba ayer a 44 muertos, tras conocerse entrada la tarde el deceso de precisamente un sobrino del ex presidente argelino Liamine Zeroual.
Este atentado es el más sangriento desde el 11 de diciembre de 2007, cuando varios edificios públicos de Argel, entre ellos la sede del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) fue objetivo de dos ataques suicidas que dejaron un saldo de 41 muertos y decenas de heridos.
El domingo, grupos armados islamistas tendieron una emboscada a un convoy de las Fuerzas de Seguridad argelinas en Skikda, 350 kilómetros al este de Argel, matando a ocho policías, tres militares y un civil.
El jueves anterior, el comandante del sector militar de Jijel fue abatido en otra emboscada en la zona montañosa cercana a Skikda.
Este recrudecimiento de los ataques islamistas coincide con la cercanía del mes del Ramadan, que arranca a comienzos de setiembre. Los emires consideran este mes sagrado del calendario musulmán un período propicio a la Jihad (Guerra Santa) y prometen el paraíso a los adeptos caidos como mártires durante este mes.
La última operación del Ejército en la Kabilia, el 8 de agosto y en represalia a un ataque kamikaze contra la Comisaría de Información General de Tizi Uzu, se saldó con la muerte de 12 sospechosos.
El Gobierno argelino reafirmó su determinación de «combatir el terrorismo hasta su eliminación total».
El fundador y antiguo líder del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que se transformó en sección de Al Qaeda en el Magreb, Hassan Hattab, llamó a sus antiguos correligionarios a dejar las armas.
El Gobierno argelino cifra en hasta 400 los militantes islamistas que operan en la Kabilia, un enclave montañoso a orillas del Mediterráneo y que para sus pobladores es Tamurt n Leqbayel (Tierra de los cabiles) o Tamurt Idurar (Tierra de montaña).
La Kabilia abarca varias wilayas argelinas: todo el territorio de Tizi Uzu y Bugía (Bgayet), la mayor parte de Bouira (Tubiret) y Bordj Bou Arreridj, y partes de las wilayas de M'Sila (Tamsilt), Jijel, Boumerdes y Setif.
Los kabilios son el segundo grupo bereber (Amazigh) en importancia tras los chleuhs de Marruecos.