El nuevo presidente del PP en la CAV está que no para. Charlas, cenas de confraternización con la militancia, paseos por las fiestas... y ahora le ha dado por escribir.

Ayer en «Abc», Antonio Basagoiti se apuntaba al carro de los profetas que gritan por la agonía del castellano. Según el líder pepero, «el análisis de la estrategia ejecutada por el nacionalismo vasco nos permite desvelar las intenciones de algunos, así como acercarnos a los motivos por los cuales es imprescindible defender la lengua común». O sea, el español.

Las políticas de fomento del euskara, dice, «no fueron mal vistas por una mayoría que interpretaban que serviría para preservar un idioma antiguo, propio y enriquecedor», pero «los nacionalistas desde el inicio entendieron que el euskera podría ser un elemento crucial para conservar el poder y alcanzar sus metas. Tras una labor de homogeneización del antiguo idioma pusieron en marcha una maquinaria encaminada a adoctrinar. El objetivo era y es hacer nacionalistas a través de la Lengua». Empieza a asomar la patita.

Presenta la historia con su particular retorcimiento y nos cuenta que «los herederos de Arana, cultivaron la falsa historia llamando normalización a la imposición del euskera en lugares en los que jamás se utilizó ese idioma de manera habitual, la propia carta puebla de Bilbao del año 1.300 esta escrita en castellano antiguo». El que no sabía euskara era el secretario que la redactó. Pero Basagoiti lo tiene muy claro: «su intención es ocultar el castellano de la misma manera que ocultan la bandera o borran la historia para negar que esto es y siempre ha sido España». Olé, olé y olé.

Y también asegura que la gente está hasta el gorro del euskara y que lo que de verdad quiere es leer «El Quijote» (por cierto, se lo recomiendo). Y da con la fórmula de liderar a las masas: «Todos los nacionalistas, desde los democráticos hasta lo que defienden el terrorismo, se han dado cuenta de este nuevo fenómeno, por eso están apretando más aún, (...) los pasos que van a dar ahora, y más si siguen en el poder, van a ser más discriminatorios, más radicales, más en contra del progreso de esta parte de España. Sé que no van a conseguir eliminar el castellano del País Vasco, sé que es la hora del castellano, y por eso, soy consciente de que ahora más que nunca hay que defender a los ciudadanos y defender el sentido común, la lengua común, la historia común y las tradiciones comunes». Por ejemplo, el botijo.