Baloncesto Estados Unidos recupera el oro
España consigue reducir la brecha con EEUU a su mínima expresión
En una magnífica final, un Estados Unidos con todo recibió el aviso más serio de que su supremacía puede correr peligro al ver cómo el partidazo de los de Aíto los colocó a dos puntos en el último cuarto y tuvo que exprimirse físicamente para mantener intacto su orgullo
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
El magnífico partido protagonizada por Estados Unidos y España ayer en en la final de los Juegos Olímpicos en Beijing fue la constatación de que el océano que separaba no hace muchos años al basket NBA del baloncesto FIBA se ha visto reducido a su mínima expresión.
Aunque debido a la prepotencia yankee haya habido mayores ofensas para el USA Team, con pérdida de oros y Mundiales que debían ser suyos, el susto que les dio ayer el combinado de Aíto ha sido el aviso más serio de que su insultante supremacía puede estar en el disparadero a poco que se relajen. Y es que, con la misión de recuperar el oro que Argentina les robó en Atenas como misión patriótica grabada en su orgullo y casi todas sus estrellas, los estadounidenses sufrieron horrores para doblegar a una gran España. En su mejor partido del torneo, los hispanos lograron reducir las distancias al mínimo pero no eliminarlas, porque las diferencias, sobre todo físicas, siguen existiendo y los americanos supieron aprovecharlas, -con cierta bula arbitral en los tan manidos pasos de salida- y consiguieron completar la misión para la que habían acudido al gigante comunista asiático.
Nada tuvo que ver la final de ayer con el partido que enfrentó a ambos equipos en la primera fase. Si hace apenas una semana los estadounidenses arrollaron, como han hecho a casi todos sus rivales, a los españoles, aprendida la lección, los de Aíto acongojaron al USA Team llegando a ponerse a sólo dos puntos, 89-91 a 8.13 del final tras triple de Rudy Fernández.
Recuperado a un hasta ayer desaparecido Navarro, España comenzó el partido mandando en el marcador, gracias a la defensa zonal y al acierto ofensivo. Tras 6.16 minutos de dominio español, Estados Unidos se vio obligado a sumar el cerebro a su músculo y comenzó a castigar a los bases españoles -que echaron de menos al lesionados Calderón- a base de penetraciones, sumando faltas a Ricky y Raúl López y cobrándose varios 2+1.
El acierto exterior con el que salió Wade del banquillo fue el argumento de EEUU para terminar con los problemas que le estaba creando la 2-3 diseñada en el laboratorio de Aíto.
Resistencia española
A partir de ese instante, los intentos Estadounidenses por abrir brecha en el marcador y la resistencia española depararon minutos de brillante baloncesto. A base de una gran defensa colectiva y el acierto de jugadores con potencial NBA como Gasol, Rudy, Felipe Reyes y Navarro, España no sólo tuteó a EEUU, sino que les metió el miedo hasta dentro colocándose a sólo dos puntos en el último cuarto.
Forzados al máximo, dos de los jugadores ofensivamente más resolutivos del mundo como Kobe Bryant y Wade se vieron obligados a sacar todo su arsenal para asegurar su oro en una gran final.
El equipo español se desesperó pidiendo que los árbitros pitaran pasos de salida -correr antes de botar el balón- a los estadounidenses, una acción permitida en la NBA pero que en el reglamento FIBA se considera infracción.
Pese a todos los problemas acumulados, la casta le sirvió a Argentina, campeona olímpica en Atenas, para aferrarse al podio gracias a la victoria lograda ayer sobre Lituania por 87-75, con lo que se hizo con la medalla de bronce.
Argentina se repuso a la dura derrota de la semifinal contra Estados Unidos y a la baja de su principal referente, Manu Ginobili, encontrando el camino a la victoria en lo que había sido su principal punto débil hasta ese momento, el banquillo.
Y es que los de Sergio Hernández no bajaron nunca la guardia y encontraron armas desde lo más profundo del banquillo. Por ejemplo, Leo Gutiérrez, convidado de piedra en los éxitos de 2002, 2004 o 2006, que marcó la pauta del triunfo al convertir dos triples seguidos cuando el electrónico mostraba un 27-26 adverso. Pero también Paolo Quinteros; que convirtió tres triples letales para afianzar la brecha iniciada por Gutiérrez y llevar a Argentina al descanso con un cómodo 34-46.
A Lituania le volvió a suceder lo mismo que en Atenas, cuatro años atrás: se quedó fuera de la final olímpica por muy poco (entonces contra Italia) y sucumbió en el bronce ante el campeón saliente, herido en su orgullo. Lo cierto es que los bálticos no tuvieron su mejor día y lo pagaron caro. Jasikevicius se perdió muy pronto, se pasó muchos minutos en el banco por un corte en la ceja, el juego interior apenas apareció y sus exteriores Siskauskas y Kaukenas sumaron con cuentagotas.
GARA
