ATLETISMO Décima jornada
Wanjiru remata con el título soñado en su tercer maratón
Con 21 años se convierte en el primer keniata que gana la medalla de oro en la prueba más rápida de la historia olímpica pese al calor y la humedad
Miren SÁENZ | DONOSTIA
Sammy Wanjiru se convirtió ayer en el primer keniata que gana un maratón olímpico. Un título de prestigio para cerrar la participación de Kenia, una de las dos superpotencias del fondo que en Beijing también ha sacado réditos del medio fondo. En un año complicado para el país africano tras la crisis política desatada a raíz de las elecciones, su delegación se ha llevado 14 medallas -cinco oros, cinco platas y cuatro bronces- .
Wanjiru se encargó de regalarle el quinto oro y uno de los más caros por la presencia de los mejores especialistas del mundo.
Faltó Gebreselassie, el plusmarquista con 2:04.26, que optó por el 10.000 apelando al riesgo de salud al correr en un lugar tan contaminado. Otros maratonianos de lujo como Martin Lel, ganador en Londres y Nueva York, o el campeón mundial en el infierno de Osaka'07 Luke Kibet, -que no finalizó-, el marroquí Jaouad Gharib oro en los Mundiales de París 2003 y Helsinki 2005 y ayer plata, o el anterior campeón olímpico, el italiano Stefano Baldini, que aprovechó la ocasión para anunciar su retirada del atletismo, tomaron la salida en la plaza de Tiananmen.
Bajo el cielo azul, con 24 grados de temperatura y un 52% de humedad se iniciaban unos 42, 195 kilómetros con constante dominio africano y un Wanjiru dispuesto a dar la cara en todo momento. Los cinco atletas en cabeza: Wanjiru, Lel, Gharib, el etíope Deriba Merga y el eritreo Yonas Kifle atravesaron el medio maratón en 1h02:34.
Wanjiru fue un líder sólido. Mientras sus adversarios de fatigas respondían de forma intermitente, el apretaba todo lo que podía. En el kilómetro 38 inició su escapada en solitario. Sudando a chorros, en las cercanías del Nido, miraba para atrás buscando a Gharib. El oro era suyo, la plata del marroquí mientras la consecución del bronce tuvo su miga. El etíope Tsegay Kebede adelantó a su compatriota en el mismo estadio y Merga, desecho, perdió la medalla en los últimos metros.
De los 98 que tomaron la salida, hubo 22 retirados y 76 concluyeron el maratón más rápido de la historia olímpica. Wanjiru voló hasta los 2:06.32, nuevo récord olímpico y Gharib llegó en 2:07.16, marcas más propias de las grandes citas urbanas y no de competiciones oficiales pendientes de los estrategas.
El tope caducado lo estableció Carlos Lopes en los Angeles'84 (2:09.21). Entonces el portugués tenía 37 años. Wanjiru tiene 21 -el argentino Zabala venció en Los Angeles'32 con 20- y su precocidad asombra. El pasado mes de diciembre debutó en la distancia con un registro de 2:06.39. Lo hizo en Fukuoka, a donde se trasladó en 2002 gracias a una beca para estudiar. La ciudad japonesa habrá celebrado el oro como propio tratándose de un lugar que venera el maratón. Tiene un manager italiano y un entrenador japonés Koichoi Morishita, subcampeón olímpico en Barcelona'92 y ha conseguido el título más deseado en su tercera incursión en la distancia.
El keniata, que ya es padre de familia, mantiene el récord mundial junior de 10.000 metros desde los 18 años. También es suyo el absoluto de medio maratón. Es evidente que va tras los pasos de Gebre. «Si hago una buena carrera puedo correr en 2:04. Quiero ir a Berlín a batir el récord del mundo el próximo año, así que me perderé los Mundiales porque son casi al mismo tiempo», admitió.
«Fue duro porque hacía mucho calor. En Kenia tenemos muchas medallas y ahora ya tenemos una de oro en maratón», subrayó.
Cinco récords del mundo y diecisiete plusmarcas olímpicas han confirmado el nivel del atletismo en los Juegos de Beijing.