Los errores de la ronda de clasificación no se repitieron, lo que permitió a Rusia adjudicarse la medalla de oro en gimnasia rítmica por conjuntos. Y aunque por momentos pareció que Bielorrusia estaba en condiciones de disputarle el primer puesto, las gimnastas de la república exsoviética ni siquiera pudieron acceder finalmente a la plata, que se adjudicó el espectacular conjunto chino. El mayor perjudicado de la irrupción de las anfitrionas fue Italia que, por primera vez desde Sydney, quedó fuera del podio.