«Estábamos cerca de la cumbre cuando el guía nos gritó: `¡Corred, corred!´», relató ayer Nicolas Duquesne, de 30 años de edad, todavía dolorido tras haber sufrido una rotura de clavícula y numerosos hematomas, aunque enormemente afortunado por haber logrado salvar la vida. La avalancha, que tuvo lugar en el pico del Tacul, en el macizo alpino del Mont Blanc, provocó al menos ocho desaparecidos (5 austriacos y 3 suizos) y ocho heridos (cinco franceses y tres italianos) en la noche del sábado. La ministra de Interior francesa, Michelle Alliot-Marie, manifestó ayer que no tenían ninguna esperanza de encontrar con vida a los desaparecidos.

«No hay ninguna posibilidad de encontrar a algún superviviente», declaró la ministra tras desplazarse a la zona del accidente, horas después de que los equipos de socorro suspendieran la búsqueda por el alto riesgo de desprendimiento de placas de nieve.

«Sólo pensaba en `nadar´»

En su relato, Nicolas Duquesne afirmó que no escucharon ningún ruido hasta que fue demasiado tarde: «Ha sido impresionante -declaró-, sólo nos ha dado tiempo a girar hacia la derecha antes de vernos atrapados por el alud».

«Aparentemente -agregó Nicolas Duquesne desde el Hospital de Sallanches-, hemos descendido unos quinientos metros con la avalancha antes de ser hallados en la nieve. Sólo pensaba en `nadar´, como si fuera una ola».

Alliot-Marie declaró, por su parte, que «es extremadamente difícil saber con certeza cuántas personas han quedado atrapadas en la avalancha», aunque subrayó que «gracias a los medios técnicos» estaban seguros de que había gente bajo la «monumental avalancha» de nieve.

Según los datos facilitados por las autoridades, la mayoría de los montañeros desaparecidos o heridos tienen edades comprendidas entre los 26 y los 37 años. En un primer momento, las autoridades y algunos medios de comunicación suizos informaron de que el número de desaparecidos era de diez. Posteriormente, la cifra fue rebajada a ocho, aunque de las palabras de la ministra de Interior francesa se desprende mucha prudencia sobre este extremo, lo que obliga a poner en cuarentena el número definitivo de víctimas hasta su verificación.

Duquesne afirmó ayer que las condiciones meteorológicas eran muy buenas y que él y sus cinco amigos se dividieron en dos grupos de tres personas para limitar los riesgos tras partir del atestado refugio de Cosmiques, a 3.613 metros de altura, punto de partida de muchas expediciones que pretenden hacer cumbre en el Mont Blanc.

Tras el accidente, el alcalde de Chamonix, Eric Fournier, decidió cortar provisionalmente el acceso a los alpinistas al pico de Tacul, que tiene una altura de 4.248 metros.

Los equipos de socorro, integrados por unos cuarenta profesionales, rastrearon la zona apoyados con tres helicópteros, uno de ellos italiano. Las labores de búsqueda de los montañeros desaparecidos continuarán desde primera hora de hoy. El propio Nicolas Duquesne afirmó que los servicios de rescate llegaron muy rápido y que los frontales que portaban algunos de los heridos facilitó la localización de los montañeros.

El masificado Mont Blanc, como se puede apreciar, sigue dando enormes disgustos. Aunque en este caso se habla de que la mayoría de los montañeros atrapados por la avalancha eran gente con cierta experiencia en la montaña y que al menos uno de los grupos contaba con un guía, lo cierto es que siguen siendo muchos los montañeros que se acercan al Mont Blanc sin ser siempre conscientes de la dificultad y riesgos que puede entrañar el ascenso al mismo.