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«Requiem Alemán», de Brahms, en recuerdo de Ataúlfo Argenta

La Quincena vuelve a ofertar hoy propuestas bien distintas En el Kursaal sonará un «Requiem Alemán» de Brahms cantado por el Orfeón Donostiarra, mientras que la Sala Club del Victoria Eugenia acogerá una representación del ballet «Presencias», de Zimmermann.

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Mikel CHAMIZO | DONOSTIA

La Quincena sigue con su carrera de homenajes. Esta tarde les llega el turno a dos figuras muy distintas entre sí: por un lado, el director cántabro Ataúlfo Argenta, fallecido hace cincuenta años; por otro, el compositor bilbaino Joseba Torre, que en 2008 cumple cuarenta años.

A las 20.00 horas, la Orquesta Nacional de España y el Orfeón Donostiarra interpretarán el celebérrimo «Réquiem alemán» de Johannes Brahms. El homenaje a Argenta se basa en que dicha obra fue uno de los hitos interpretativos de su carrera, y que con ella logró un memorable éxito, junto al Orfeón Donostiarra, en París, el 24 de noviembre de 1957. La soprano aragonesa Pilar Lorengar y el bajo finlandés Kim Borg acompañaron a ambas formaciones en aquel concierto, grandes cantantes que esta tarde serán sustituidos por los no menos notables Ofelia Sala y Albert Dohmnen.

Aquella actuación de hace medio siglo marcó el punto álgido en la relación entre el maestro cántabro y el Orfeón, que ya se conocían bien. El «Réquiem alemán» es una obra que Argenta hacía de manera sublime y esa interpretación la perfeccionó gracias a la relación cordial que mantuvo con el Orfeón.

El papel de Argenta lo realizará esta tarde el director catalán Josep Pons, que desde que tomó la titularidad de la orquesta ha hecho de la Nacional de España una formación de notable calidad, rescatándola de la mediocridad en la que la habían sumido la infinidad de problemas sindicales por los que atravesó hace unos años. Pons es, además, un director talentoso, por lo que es de esperar un «Requiem» de cierta envergadura.

El compositor bilbaino Joseba Torre, por su parte, recibirá su homenaje de manos de los componentes del Trío Arbós, también a las 20:00 horas, pero en la Sala Club del Victoria Eugenia. El Trío Arbós se fundó en Madrid en 1996, tomando el nombre de otro célebre director de orquesta, Enrique Fernández Arbós. El trío es en la actualidad, sin mayor lugar a dudas, el conjunto de música contemporánea más prestigiosos y de mayor proyección internacional del Estado español, rayando siempre a un nivel interpretativo muy superior a lo que suele ser habitual por estos lares.

Música de Claude Vivier

Hoy, además del «Trío» de Joseba Torre, abordarán una partitura del canadiense Claude Vivier, un hombre muy particular, alumno de Stockhausen y creador de obras en directa relación con la imaginería de la infancia, la palabra y las músicas extraoccidentales, en especial, la javanesa. Será la primera vez que se pueda escuchar en Donostia la música de Claude Vivier, auténtico autor de culto. En la segunda parte de la cita, el ballet-camerístico «Présence», de Zimmermann, será representado por los tres músicos del trío, que encarnarán a Molly Bloom, El Quijote y Ubú Rey.

Stockhausen y los peces

Antes de los dos conciertos de hoy, a las 18.00 horas, aquellos a los que les pique la curiosidad por una experiencia musical diferente pueden dejarse caer por el Aquarium para la última función del espectáculo gratuito «Tiempos de Stockhausen». Y digo espectáculo porque, aunque en realidad se trate de una proyección sonora, la combinación de la música de Stockhausen con la gigantesca pecera que preside el auditorio del Aquarium crea un espectáculo, por momentos, fascinante. En una sesión de poco más de una hora de duración, nos adentramos en los sugerentes mundos sonoros de dos obras clave de Stockhausen: el «Canto de los adolescentes», compuesta en 1956 y gran pionera de la música electrónica, y los «Coros invisibles», que suenan a través de ocho altavoces espacializados por toda la sala. Una experiencia exigente para el oyente, sí, pero también muy interesante y que difícilmente se repetirá en Donostia en mucho tiempo. Además, si uno se aburre, siempre puede dedicarse a identificar las distintas especies de peces o a esperar que la morena salga de su escondrijo.Mikel CHAMIZO

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