La explanada del santuario de Arantzazu acogió ayer «Apostoluen dantza», un espectáculo encuadrado dentro de la llamada Quincena Andante de la Quincena Musical de Donostia y concebido expresamente para la ocasión por Juan Antonio Urbeltz y Argia Dantza Taldea como homenaje a Jorge Oteiza, de cuyo nacimiento este año se conmemora el centenario.

Con la piedad y los catorce apóstoles que el artista de Orio colocó en la fachada del santuario franciscano como principales espectadores, miembros del grupo Kezka interpretaron la danza «Apostoluen dantza», propiamente dicha, dentro de un espectáculo más amplio.

Un espectáculo en el que no faltaron los sones de la txalaparta, ni los pasos de bailes vascos tradicionales -que, en este caso, corrieron a cargo del grupo Oinatz-, ni los bertsos de Andoni Egaña.

Después, el santuario de Arantzazu acogió un recital a cargo de Barbara Hendricks, quien estuvo acompañada al piano por Love Dorwinger. La conocida soprano norteamericana interpretó diversas obras de Aaaron Copland, Gustav Mahler, Francis Poulenc y Richard Strauss.