Que Anoeta acoja un partido de Copa ya es de por sí todo un acontecimiento porque es el segundo partido de esta competición que podrá verse en el estadio desde el debut de Xabi Alonso en 1999 en un partido contra el Logroñés decidido con un gol de Igor Arenaza. También quedó eliminada la Real hace dos campañas contra el Málaga cuando por una vez se recuperaron las eliminatorias a doble partido en un duelo caracterizado por el pésimo arbitraje que padecieron los blanquiazules.

En los últimos años es tan anormal ver Copa en Anoeta como que la Real supere alguna eliminatoria y, por eso y por el atractivo que supone la visita del Zaragoza, es de esperar que se genere un ambiente que permita a los blanquiazules romper con la maldición que les persigue en esta competición y sembrar dudas en el rival liguero del próximo sábado.

La presencia en el horizonte cercano de la visita a La Romareda da más importancia al partido de hoy. Para un grupo de jugadores acostumbrados a militar en Primera siempre les resulta muy complicado la adaptación a una categoría tan diferente como la Segunda, en la que hay mucha menos calidad técnica, pero eso se contrarresta con mayor predisposición al trabajo y disciplina táctica.

Los maños comprobaron el pasado sábado con su derrota en su visita al Levante que volver a Primera no va a ser tan sencillo como pueden pensar los que le dan como claro favorito por la relación de grandes nombres que completa su plantilla. Perder hoy provocaría que entren las dudas y sientan ansiedad de cara al partido del sábado. Los maños se desprendieron el último día del mercado de Diego Milito, Sergio García, Peter Luccin y Adrián Ripa y ficharon a Jorge López, procedente del Racing, y a Toni Doblas, el ex-portero del Betis, y a Marcelino le costará hacer equipo de Segunda con jugadores de Primera. Ni los dos últimos fichajes ni jugadores como Ayala o Oliveira viajaron a Donostia.

Cambios en la Real

Para sembrar de dudas ese proceso es importante que la Real gane hoy con un once en el que se espera que Lillo dé entrada a varios jugadores que no actuaron de salida el domingo. Así es segura la titularidad de Ansotegi -Labaka no fue convocado- y, en ausencia de Bravo, el debut con el primer equipo de Eñaut Zubikarai, un buen portero de Ondarroa con mucha casta y una cabeza ideal para la vida y para la competición, lo que le ha permitido superar dos años muy duros con las lesiones que frenaron una progresión muy buena. Es de los que no se pone nervioso nunca y destaca por sus reflejos bajo portería.

Además es previsible que Lillo dé frescura a su equipo y jueguen la mayoría o todos los suplentes del partido jugado ante el Las Palmas, aunque lo normal es que no lo hagan en detrimento de los jugadores más importantes del equipo porque ganar hoy es muy importante para que las dudas las tenga el rival.