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Marcos y Díaz de Zerio igualaron el 2-0

Sólo la falta de intensidad inicial impide ganar tras la gran reacción

El Zaragoza salió hipermotivado y la defensa de la Real se complicó la existencia y permitió que Ewerthon marcara dos goles, pero poco a poco los guipuzcoanos se impusieron y merecieron ganar.

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REAL ZARAGOZA 2

REAL SOCIEDAD 2

Joseba ITURRIA | ZARAGOZA

La Real sumó un punto en Zaragoza tras reaccionar con mucho mérito y a tiempo de su pésimo comienzo, en los que los locales salieron a 5.000 revoluciones mientras los guipuzcoanos jugaban al ralentí totalmente descentrados. Ewerthon marcó dos goles en esos minutos de hipermotivación local y desconcierto realista, pero los de Lillo supieron reaccionar, fueron mejores, sobre todo en el segundo tiempo, y al final incluso pudieron ganar ante un rival atenazado.

En el conjunto del partido la Real fue superior al Zaragoza y por eso es una pena no ganar. Pero tal como se puso el encuentro, el empate supo a victoria y debe dar confianza a un equipo que en la segunda mitad superó con claridad a la plantilla que tiene, en teoría, más potencial de la categoría.

Lástima del mal inicio. Era un día especial para visitar La Romareda porque el Zaragoza jugaba su primer encuentro ante su público tras el descenso y las dos derrotas del inicio de esta temporada. El equipo fue recibido con división de opiniones y era clave más que nunca aguantar los primeros minutos para que la afición maña y sus jugadores se pusieran nerviosos, tal como se comprobó en el segundo tiempo, en el que hubo pitos incluso con el marcador a favor.

Pero para el minuto de juego Xabi Castillo se complicó la existencia y permitió a Arizmendi recuperar el balón y centrar con la misma oposición, ninguna, que encontró Ewerthon para cabecear a placer.

Saber elegir

Los guipuzcoanos salieron totalmente descentrados. No fue la única complicación de los defensores locales, sobre todo Mikel González, por no despejar el balón cuando estaban ofuscados y no veían buenas salidas. El Zaragoza salió a morder con una presión extraordinaria y ante esa actitud no es ningún pecado recurrir al patadón. Querer jugar al fútbol está muy bien cuando es posible. Pero no a la altura del área, donde los riesgos no tienen sentido.

Lillo comentaba al final del partido que el equipo no quiso renunciar a su estilo de juego, pero hay que buscar un equilibrio. Está muy bien jugar como hizo la Real en el segundo tiempo, cuando el Zaragoza ya no presionaba ni con la mirada, pero cuando un rival aprieta los defensores no deben tener tanta responsabilidad en la creación del juego, sobre todo cuando están tan atrás y desacertados.

Porque ayer la Real supo recuperar dos goles de desventaja, pero cuando se da semejante renta lo normal es perder. Y en Segunda si algo hacen bien casi todos los equipos es presionar y muchas veces lo mejor es enviar el balón en largo y en cantidad de rechaces posteriores a despejes sin criterio se marcan goles.

Porque el primer tanto puso muy nervioso a toda la defensa realista y dio alas al Zaragoza, que enseguida consiguió el segundo. Parecía que el partido estaba casi decidido cuando sólo se habían jugado diez minutos, pero estos jugadores realistas tienen una fortaleza forjada a base de palos que les permite reaccionar como lo hicieron ayer. Como tantas otras veces...

Porque no sólo se repusieron a los goles rivales, también a las dos ocasiones fabricadas y rematadas por Marcos y Díaz de Zerio, omnipresentes ayer en el área local. Esas opciones llegaron sin necesidad de hacer un gran juego y además Gerardo quiso sorprender a López Vallejo con un corner olímpico y Díaz de Zerio tardó demasiado en dejar un balón a Sergio. Un bagaje suficiente para recortar distancias, pero todavía fue necesario que Zubikarai realizara un paradón en una falta de Zapater para irse con el 2-0 al descanso.

Cambio de decoración

Juanma Lillo dirigió muy bien el partido desde la grada. Primero lo planteó bien al aparcar el 3-4-3 que Marcelino y sus jugadores habían trabajado el día anterior. Volvió a confirmarse que este equipo juega bien con el 4-3-3 y cuando algo funciona es mejor darle continuidad. Lástima que no se haya dedicado más tiempo en la pretemporada a asentar más esta forma de juego.

Además el tolosarra acertó al dar entrada a Carlos Martínez para paliar uno de los mayores defectos que tiene el equipo, el juego aéreo. Pero el gran mérito del tolosarra fue conseguir que sus jugadores salieran convencidos tras el descanso de que podían darle la vuelta al partido.

Desde el inicio del segundo tiempo los realistas se adueñaron del juego, pero la clave estuvo en el 2-1. A partir de ahí el Zaragoza empezó a ponerse muy nervioso, sus aficionados no perdonaban ningún error y el empate se veía venir. Sin embargo, en un minuto todo pudo cambiar. Ewerthon, el mejor jugador local, realizó una gran jugada individual que no pudo culminar en gol por poco al lanzar el balón al larguero y en la siguiente acción llegó el tanto de Díaz de Zerio que sirvió a Castillo para redimirse de su grave error inicial. El de Durango no se vino abajo, sino que se fue para arriba cada vez que veía la ocasión y encontró el justo premio a su decisión en el gran centro que el goleador donostiarra remató a la perfección.

A partir de ahí se acrecentó la confianza de los realistas y el miedo de los zaragocistas y se veía más cerca el triunfo visitante que el local, pero hay que conformarse con un empate que adquiere mayor valor por la forma en la que se remontó ante la adversidad y por lograrlo en el campo del rival que partía como primer favorito para el ascenso. La primera semana de competición para la Real ha sido sobresaliente y sería bueno darle continuidad en el campo y fuera de él para que los jugadores tengan todo a favor.

Lillo: «Un buen resultado para como iba el marcador y muy malo para nuestro juego»

Juanma Lillo dijo tras dirigir el partido desde la grada que «es un buen resultado para como estaba el marcador y muy malo en función de las ocasiones y el juego realizado por el equipo. Creo que se han quedado dos puntos, pero para como estaba el marcador bienvenido sea. Aunque no es bueno porque cuando hemos estado mal no tuvieron ocasiones y cuando estuvimos bien sólo tuvieron el larguero y nosotros tuvimos muchas opciones. No es normal que se acabara en empate y no con victoria visitante».

Para explicar las dos caras dadas por la Real señaló que «son seres humanos. Salieron con un nerviosismo inhabitual, muy bloqueados, con resbalones... Cosas anormales. Muy mal con la pelota y eso lleva a inseguridad y si encima el rival de dos te mete dos. Pero ya los últimos veinte minutos de la primera mitad han sido parecidos a la segunda. Es un equipo que acaba más cerca del triunfo que de la derrota y eso me agrada, que termine los partidos con solvencia y no quiero hablar de preparación física...»

Marcelino, por su parte, tampoco sabía explicar las dos caras de su equipo: «El primer tiempo fue magnífico, con el juego que queremos desarrollar a nivel ofensivo y defensivo y en el segundo no hemos estado en ninguna de las facetas, con falta de agresividad e intensidad. Con el 2-0 debimos solucionar el partido, con el 2-1 tuvimos un palo que pudo darnos el partido, pero en el segundo tiempo cometimos demasiados errores. El 2-1 nos condicionó en gran medida, tuvimos miedo a ganar».

Joseba ITURRIA

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