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Una lucha continua entre la salud del cuerpo y la salud del alma

En «Camino», Javier Fesser deja atrás su habitual estilo humorístico para adentrarse en una historia protagonizada por una niña de once años, que afronta una muerte prematur y vive una lucha interna entre la salud de su cuerpo y la de su alma. A la vez experimenta, por primera vez, el amor de cerca. Por su parte, Lea Pool presentó «Maman est chez le coiffeur», que visualiza el abandono de una madre desde el punto de vista de sus hijos.

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Ariane KAMIO | DONOSTIA

La Sección Oficial entró ayer en su recta final con dos historias que, aunque diferentes, trataban de la infancia y la familia. Tras ellas y, con las dos últimas proyecciones programadas para hoy -«El nido vacío», del excelente cineasta argentino Daniel Burman; y «Bi mong», del prestigioso director coreano Kim Ki.Duk-, se cierra la competición por la Concha de Oro.

«Camino», la última cinta de Javier Fesser, que alcanza una duración de 143 minutos, causó gran expectación, a la vista del público que se acercó a la proyección matinal. La película narra la historia de una niña de once años que se enfrenta a una muerte prematura y, a su vez, siente en su propia carne el cosquilleo del primer amor, todo ello bajo la atenta mirada del Opus Dei. El título está inspirado en la historia de Alexia González Barros, a la que a los 14 años le fue diagnosticado un cáncer que le provocó la muerte después diez meses de dolorosos tratamientos y largas operaciones. Su figura se encuentra actualmente en proceso de canonización. Fesser explicó que «la película es una ficción construida a base de realidad» que, «en lugar de partir de la necesidad de contar, parte de la necesidad de comprender». El realizador, que ha hecho un parón en las producciones humorísticas tras los éxitos obtenidos con «El milagro de P. Tinto» y «La gran aventura de Mortadelo y Filemón», subrayó que en su película no se critica a la comunidad del Opus Dei, es más, da voz a todas las partes implicadas. «Cada uno entiende el amor de una manera distinta, y eso es lo que persigue la película».

Dificultad de los personajes

Carme Elías encarna a una madre extremadamente devota y que intenta controlar, bajo las reglas religiosas más estrictas, las vidas de sus familiares. La propia Elías sintió «que no podía descuidar ni un segundo» ese papel. «Fueron tres meses de eterno sufrimiento, pero el placer de actuar lo compensaba». Fesser apuntó que «esta película crece en la cabeza y tarda en abandonarte», y aseveró que «gracias al alto nivel de interpretación, la película es capaz de transmitir cosas que el propio guión no es capaz de transmitir». El propio realizador se identifica el personaje del padre de familia que se encuentra «ante una galería de personas que saben cómo actuar en una situación de crisis». «El padre asiste como espectador al plan establecido por las personas que rodean a su mujer. Él no sabe qué hacer, porque no tiene `plan B', y descubre cuál es el chollo y la trampa de la fe», explicó.

Una jovencísima Nerea Camacho protagoniza el principal personaje del título, que llegará a los cines el 17 de octubre, después de ser seleccionada por su «talento arrollador e innato» en un casting que contó con 500 aspirantes. El productor Jaume Roures agradeció públicamente el esfuerzo realizado por Camacho porque, por encima de su corta experiencia ante las cámaras, tuvo la capacidad de «plasmar toda esa cadena de sufrimiento y dolor».

Visto desde la niñez

La segunda película en competir ayer en la Sección Oficial fue la producción canadiense dirigida por la suiza Léa Pool, «Maman est chez le coiffeur», que volvió a poner sobre la pantalla de Zinemaldia el drama y los asuntos familiares. Esta cinta, que se alimenta de la experiencia de la guionista Isabelle Hébert, retrata la dramática separación de una pareja-a consecuencia de una relación homosexual del padre-, a la que acompaña el repentino abandono de la madre, todo ello visionado desde la perspectiva de sus tres hijos: «Comprendemos el drama partiendo de lo que comprenden los niños». «Cuando leí el guión, la gente me decía que era imposible que una mujer abandone a sus hijos. Yo tengo una hija y también me parece imposible, pero conozco a gente que lo ha hecho». En el largometraje, que está ambientado en el verano de 1966, tanto la realizadora como la guionista se vieron estimuladas por el reto de «justificar en la pantalla» la decisión de una mujer de alejarse de los suyos aún queriéndolos, «un tema tabú» en la cultura actual.

Pool ha querido hacer un seguimiento de esos niños, y no centrarse tanto en el tema del abandono y de la separación. Los tres hijos mantienen diferentes posturas ante la crítica situación de la familia. El más pequeño, que tiene «dificultades» vive un momento «feel good»-como lo califica la directora- con su madre, hasta que ésta deja el hogar, y adquiere un carácter destructivo. El segundo de ellos parece que resta importancia al asunto hasta que se da cuenta de lo que realmente sucede. Elise, la mayor de los tres hermanos, es la que más conscientemente vive la situación, de la que «se siente culpable». El padre, por su parte, es un hombre «desbordado» incapaz de «dar a sus hijos la atención que necesitan». Ante ello, Elise se aferra a un hombre sordomudo que, al mismo tiempo, es la diana de insultos lanzados por los niños del lugar. «En todas las familias donde no hay un padre siempre hay alguien que asume ese papel que da apoyo y respaldo. Elise habla con él aunque piense que no la oye. El padre, aunque esté ahí, realmente no está presente y no les da lo que necesitan», explicó.

En el filme existen unas claves que se encuentran escondidas; por ejemplo, la homosexualidad del padre, que en ningún momento es mencionada ni por la madre ni por ninguno de la familia. La realizadora aseguró que «cuando hablamos con Isabelle, nos dimos cuenta de que había riesgo de indicar esos elementos y no queríamos caer en eso». Así que decidieron que «el espectador tuviese los mismos sentimientos que los niños, y que lo perciviera todo como ellos, sin tener todas las piezas del puzzle».

La productora de la película Lyse Lafontaine hizo hincapié en el «gran trabajo» que hizo la guionista para pasar de una situación dramática al humor. A su juicio, «la fuerza del filme reside en la libertad de la que disfrutan los niños».

 

Proyección de «Cher Ami» en el Velódromo

Zinemaldia hace un hueco en su agenda a los cinéfilos más pequeños y hoy ofrecerá la proyección de la película de animación «Cher Ami», dirigida por Miquel Pujol. La cita está fijada a las 18.00 en el Velódromo y el filme se ofrecerá en su versión en euskara. La tranquila vida en la granja de Cher Ami y de sus ingenuos y felices amigos se ve amenazada bruscamente por la llegada de la Gran Guerra a los bosques de Argonne. Conscientes de su responsabilidad, los torpes palomos se convertirán en audaces mensajeros que, con su extraordinario valor y coraje, intentarán salvar la vida de un batallón de soldados americanos. En este proyecto catalán han participado también varios profestionales vascos, entre ellos, los integrantes de Digital Dreams Films. Como técnica, han utilizado la animación tradicional, y las imágenes se han trabajado en tres dimensiones. A.K.

VIDEOCONFERENCIA

El director Kim Ki-duk, que no ha venido a Donostia a consecuencia de un accidente que le produjo una rotura en el brazo, ofrecerá una videoconferencia desde Seúl para presentar su última película «Bi mong».

PREMIOS Y HOMENAJE

La Federación Internacional de Archivos Fílmicos entregó su premio anual al director brasileño Nelson Pereira dos Santos en el marco de Zinemaldia y se ofreció un homenaje al Festival de Cannes en la figura de Gilles Jacob.

Película de U2

La primera película sobre el grupo irlandés U2, «U23D», que se presentó ayer en el marco del VII Encuentro Internacional de Escuelas de Cine, se estrenará en Euskal Herria el próximo 3 de octubre y sus seguidores podrán revivir la gira de «Vértigo».

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