Tras las esperanzadoras sensaciones ofrecidas en el choque ante el Valladolid, el Athletic volvió a dar la de arena ayer en Huelva. Afortunadamente, el mal partido rojiblanco y su falta de ambición no fueron castigados con una derrota y los leones suman ya cinco puntos.

Caparrós apostó por repetir alineación, con Vélez y Llorente en la punta de ataque, por primera vez desde que entrena al conjunto vizcaino, pero la propuesta no tuvo el mismo resultado que frente al Valladolid. El técnico sacó su manual para los partidos de fuera de San Mamés -y para muchos de La Catedral también- en el que se renuncia a la pelota, se busca la contención y el aprovechar las exiguas ocasiones ofensivas de las que se dispone. Todo esto convierte al Athletic en un equipo tremendamente previsible y que continúa con los mismos patrones de la pasada campaña. Los contrarios saben a qué juegan los rojiblancos y los cambios introducidos por el técnico no suelen conllevar grandes modificaciones en lo táctico.

Normalmente, la única variación suele ser el cambio de sistema en función de la presencia del mediapunta en el campo o no. Ayer, con la entrada de Yeste en la segunda parte, el 4-2-3-1 volvió a hacer acto de presencia.

Todo esto provoca que equipos destinados a sufrir como el Recreativo de Huelva le causen serios problemas o jueguen sin el mayor miedo ante el Athletic. Un conjunto que, además, como demostró en Málaga también, se conforma con puntos ante conjuntos inferiores en el apartado técnico, ya que una buena pizarra -el mayor déficit de Caparrós- tiende a igualar las posibilidades de victoria.

Partido sumamente impreciso

Ayer, en un partido sin demasiada historia, el Athletic sacó un punto gracias a una acción de fortuna en un centro chut de David López que se comió Asier Riesgo y, sobre todo, a las paradas que realizó Gorka Iraizoz. El navarro salvó a su equipo al meter una mano salvadora a un tiro de Colunga cuando apenas restaban dos minutos para la conclusión del encuentro. Hubiera sido demasiado castigo para los rojiblancos, más cuando en el subconsciente de los aficionados del Athletic queda la sensación de que anoche se podían haber sacado los tres puntos en caso de haber forzado la máquina después de haber conseguido el empate.

Un ritmo insulso y repleto de imprecisiones marcó el inicio del choque. Sin ocasiones para ninguno de los dos, el rechace y el error eran la tónica dominante. Mientras tanto, Turienzo Álvarez volvió a hacer gala de su facilidad para sacar amarillas y Balenziaga, Javi Fuego, Aitor Ocio y Poli fueron los primeros en comprobarlo. En el caso de los futbolistas del Recre, sus escasas pero contundentes infracciones tenían siempre a Susaeta como diana. El eibartarra, que es el único futbolista rojiblanco que busca el uno contra uno con acierto y asiduidad, lograba zafarse de la mayoría de los rivales que le salían al paso, pero casi siempre acabó en el suelo o con la elástica fuera del pantalón.

En medio de ese tedio general, Turienzo Álvarez, que lleva años demostrando ser un colegiado bastante flojo y que mira con lupa sus actuaciones ante el Athletic para evitar suspicacias -es residente en Barakaldo- y otro tipo de comentarios. Ese recelo le suele llevar al error y ayer reincidió. Javi Fuego tuvo que haber sido expulsado por su segunda amarilla en el minuto 24, pero el colegiado prefirió ahorrarse problemas. Inmediatamente después, llegó el primer aviso del Athletic con un remate de Llorente que se fue arriba.

La mejor ocasión de la primera parte fue para el Recre. Iraizoz salvó desde el suelo un remate de Marcos Rubén y evitó el primer disgusto. La réplica llegó a través de la única combinación vistosa del Athletic, pero el buen disparo de Ion Vélez fue repelido por Asier Riesgo.

Orbaiz y Fran Yeste al césped

A la vuelta del descanso, Caparrós dio entrada al recuperado Orbaiz por Gurpegi. Las cosas no fueron a mejor y el de Utrera buscó otro golpe de efecto, muy previsible por otra parte, al variar el sistema sacando a Yeste por Vélez. Zambrano, en cambio, leyó mejor la situación y apostó por la velocidad. Juntando a Javi Guerrero, Sisi, Marcos Rubén y Colunga, la verticalidad onubense aumentó notablemente.

Al primer aviso, Iraizoz respondió bien, pero ante el segundo no pudo hacer nada. Una buena y cómoda combinación entre Colunga, Sisi y Javi Guerrero permitió al ex del Celta abrir la lata en medio de la pasividad de la zaga rojiblanca.

La fortuna acompañó al Athletic para levantarse del golpe. Cinco minutos después, un centro chut de David López supuso el empate a uno tras una desafortunada intervención de Asier Riesgo. El gol espoleó a los bilbainos y llegaron así sus mejores minutos. Instantes que, sin embargo, no gozaron de continuidad. Fue una pena, ya que en caso de haber achuchado algo más la posibilidad de haber sumado los tres puntos hubiera cobrado mayor fuerza. No fue así y al igual que en Málaga los leones dedicaron los 10 últimos minutos a tareas de contención.

El susto final de Colunga dio argumentos a los defensores de ese discurso y actuación. Por lo tanto, lo que toca ahora es convertir en bueno el punto cosechado ayer ganando al Getafe el domingo en San Mamés.