Pleno de política general en Gasteiz
Ibarretxe esperará a que Europa abra la alambrada constitucional española
El lehendakari aprovechó el pleno de política general para hacer un repaso a los proyectos puestos en marcha por su Gobierno y sus planes de futuro en el ámbito político y social. Además, hizo el diagnóstico de que el Estado «nos ha marcado claramente los límites de la alambrada», pero no dijo qué hará para romperla; su única referencia en el campo de las respuestas fue hablar de «alzar nuestra voz en Europa para que nos restituya el derecho de opinión».
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Los tres diputados generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa ocupaban el «palco de autoridades», flanqueados por los diputados del PNV en el Congreso encargados de las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado, Josu Erkoreka y Pedro Azpiazu. Sin embargo, en la tribuna de la prensa había muchos asientos vacíos, muestra de que este pleno no levantaba la expectación de años anteriores. No se esperaba que Juan José Ibarretxe dijera nada nuevo y no lo dijo, aunque habló durante dos horas.
A modo de resumen, el lehendakari aseguró que en esta legislatura «hemos situado a nuestro país en las cotas más elevadas de renta, empleo y de bienestar de toda su historia. Y lo hemos conseguido sin renunciar a nuestra identidad como pueblo». A lo que añadió -quizá pensando en algunos sectores de su propio partido- que «hemos demostrado que no es cierto que la firmeza y la convicción en la defensa del autogobierno y del derecho a decidir suponga mayor empobrecimiento. Al revés. El autogobierno y la identidad son caminos paralelos al crecimiento y al bienestar».
Arrancó Ibarretxe haciendo balance de su última legislatura y destacando que «hemos cumplido nuestros compromisos con la sociedad vasca. Hemos avanzado». Y luego dibujó «los tres grandes obstáculos a afrontar: la ruptura de la tregua por parte de ETA, la suspensión de la Ley de Consulta y la crisis económica internacional».
Sobre el primera apartado, el lehendakari se mostró «convencido de que la deslegitimación política, social y moral de la violencia, y la voz de la propia sociedad vasca, democráticamente expresada, contribuirán poderosamente a poner fin al terrible drama de la violencia de ETA, que nos amenaza desde hace medio siglo».
En cuanto a la suspensión de la Ley de Consulta, Ibarretxe señaló que «la sentencia del Tribunal Constitucional, utilizando los mismos argumentos del presidente del Gobierno español, el PSOE y el PP es clara y no deja lugar a dudas: consultar a la ciudadanía vasca está prohibido porque pone en peligro la soberanía de la nación española, única e indivisible».
«Los límites de la alambrada»
La lectura que el lehendakari hace tras la sentencia es que «por fin se han despejado todas las incógnitas. No es necesario seguir fingiendo. El PSOE y el PP, utilizando al TC, no han señalado claramente los límites de la alambrada. Sólo existe una nación, la nación española. Sólo existe un pueblo, el pueblo español. El pueblo vasco no existe, no tiene derecho a decidir. En definitiva, argumentos que me recuerdan a los de la España imperial -una, grande y libre- que esgrimió la dictadura franquista». Pero Ibarretxe lo tiene claro: «Hoy, como entonces, el pueblo vasco no se resigna».
¿Qué planes tienen el lehendakari y su gobierno para canalizar esa no resignación, para plantar cara a tanta imposición del Estado español?
Por un lado, mostrar su convicción de que «las soluciones pasan por consultar a la ciudadanía. Reivindicar este derecho no es mirar al pasado, es comenzar a escribir el futuro».
Por otro, como única medida práctica que pudo escucharse en esta materia, Ibarretxe explicó que «los miembros del Gobierno a título personal, junto con otras miles y miles de personas, vamos a alzar nuestra voz en Europa para que se nos restituya el derecho de opinión y de participación política que, injusta e incomprensiblemente, ha sido suspendido. A este respecto, hemos formalizado un manifiesto para denunciar la conculcación de nuestros derechos como personas y sumarnos a cuantas iniciativas y demandas desplieguen los partidos políticos en defensa de la consulta popular, ante los foros europeos e internacionales».
Se quejó de que «primero se nos negó el derecho a decidir, dando un portazo a la propuesta de Nuevo Estatuto Político, aprobado por mayoría absoluta en esta Cámara. Después se nos niega el derecho a preguntar, prohibiendo la Ley de Consulta aprobada por el Parlamento Vasco. Y ahora pretenden negar, incluso, el derecho a recurrir a las instancias europeas».
Ante ello proclamó que «no vamos a quedarnos con los brazos cruzados», a lo que añadió, contundente, que «el camino está trazado y la consulta, más pronto que tarde, será inevitable porque estoy convencido de que es la llave para desbloquear el estancamiento político y para la solución del conflicto vasco».
Doble precio presupuestario
El lehendakari dedicó buena parte de su discurso a cuestiones sociales y económicas, con medidas y planes de futuro que pueden consultarse en nuestra página web (www.gara.net) donde figura el texto íntegro.
Entre dichas medidas, se incluye «el traspaso inmediato de las 37 competencias pendientes para afrontar la crisis y aumentar el bienestar social».
Se quejó Ibarretxe de que Zapatero esté dispuesto a negociar la transferencia de políticas activas de empleo y de investigación «como contraprestación al apoyo del PNV a los presupuestos del Estado», haciendo pagar a los vascos «un precio político para conseguir arrancar unas transferencias que por Ley nos hubiera correspondido gestionar desde hace tiempo». Los negociadores del PNV, los que han planteado ese juego, estaban entre los invitados.
En cuanto a su futuro, Ibarretxe no avanzó nada. Sólo dijo que él y su gobierno están dispuestos a seguir trabajando. No aclaró si en lo que queda de legislatura o más allá.
La portavoz de Ezker Abertzalea, Nekane Erauskin, reprochó al lehendakari que, tal y como habían predicho, el PNV había utilizado la cuestión de la consulta para sus intereses partidistas, creando falsas ilusiones en la sociedad. Y recordó también la idea con la que la izquierda abertzale acudió al pleno del 27 de junio, que el Tribunal Constitucional prohibiría la consulta y el PNV lo acataría. Y ante el discurso de Ibarretxe hablando de «los límites de la alambrada», Erauskin le preguntó qué iban a hacer como Gobierno para superar esa alambrada.
El lehendakari -como antes el portavoz del PNV, Joseba Egibar- respondieron a Ezker Abertzalea que lo que iban a hacer frente a la prohibición de la consulta era lo mismo que la izquierda abertzale con las ilegalizaciones, acudir al Tribunal de Estrasburgo.
Nekane Erauskin respondió a esto que la izquierda abertzale había acudido al Tribunal de Estrasburgo, pero también había hecho más cosas. Y añadió que, por contra, ni Ibarretxe ni el PNV van a recurrir a ese tribunal, sino que se limitarán a recoger unas firmas. Pero fue más allá, y recordó que también se convocó una manifestación, el 14 de setiembre de 2002, a la que acudieron miles de personas, contra las que el PNV y Lakua enviaron a la Ertzaintza, con tanquetas y todo; y después remitieron un listado con los nombres de 26 mahaikides a la Audiencia Nacional.
En otro apartado del debate, Nekane Erauskin recogió la frase del discurso de Ibarretxe de que «quien prohíbe la participación ciudadana niega la esencia de la democracia» y le pidió que la aplicara al TAV, el superpuerto de Pasaia o la planta de coke de Muskiz. No hubo respuesta.
El secretario general del PSE, Patxi López, afirmó que el problema es el lehendakari y su inmovilismo, y abogó por «una nueva mayoría que reclama unidad» para ganar «la batalla de la paz», para sumar identidades y lenguas. Juan José Ibarretxe comenzó por ahí su réplica, preguntando si esa nueva mayoría sería con el PP, como en los tiempos de Mayor Oreja y Nicolás Redondo, o «con las listas blancas de las que habló Jáuregui», en referencia a la izquierda abertzale.
Ibarretxe respondió a Patxi López en clave electoral. «Pensaba que vendría aquí como candidato a lehendakari, reclamando las transferencias, haciendo propuestas, y ha venido como delegado del Gobierno español, para defender al presidente y a los ministros», le espetó. Y en esa misma línea le preguntó cuándo van a denunciar el incumplimiento del Estatuto en los términos del informe aprobado por el propio Parlamento y votado en su día por el PSE.
Patxi López había dicho que las medidas ofrecidas por el lehendakari contra la crisis sonaban «a broma pesada» como el presentar como «novedad contra la crisis la llegada del metro a Santurtzi o el tranvía de Vitoria o de Basurto, que no son ninguna novedad». El lehendakari contraatacó diciendo que él había apuntado casi cincuenta medidas y se ensañó recordando tres de las últimas ocurrencias del Gobierno español «dejar la corbata en verano, usar bombillas de bajo consumo y, ahora, que los Reyes Magos traigan juguetes españoles». Y, siguiendo por esa vía, insistió en ridiculizar al candidato del PSE. Destacó la frase de Rodríguez Zapatero de que su gran objetivo político era que Patxi López fuera lehendakari, por lo que intuyó que debe tener poco tiempo para el resto de cosas.
Ibarretxe volvió a reprochar al PSOE que una y otra vez haya dicho que no al diálogo salvo en una ocasión, cuando se lo pidieron Batasuna y ETA. Esa es una espina que el lehendakari no consigue sacarse.
Concluyó su replica a Patxi López volviendo a su condición de candidato a lehendakari por el PSE. «No son ustedes de fiar. Lo demostraron en Navarra. Lo demostraron en Cataluña. Lo demuestran en la transferencia de innovación. No son de fiar para el Concierto Económico, porque su secretario general de La Rioja ha mostrado su apoyo al presidente del PP para que sigua la batalla judicial contra el Concierto Económico. No son ustedes de fiar. Yo no dejaría que ustedes gestionaran mi dinero». Un cierre propio de un mitin de campaña electoral.