Un mismo objetivo y un camino bien diferente es el que espera a Portland San Antonio y Arrate en la cuarta jornada de la Liga Asobal. Los dos buscan, obviamente, el triunfo, pero la meta parece distar menos para el conjunto navarro. Sólo parece porque, al margen de la imprevisibilidad del deporte, las circuns- tancias que rodean a ambos encuentros dificultan un pronóstico claro.

En el caso de Portland, las circunstancias son, indudablemente, las lesiones que, como sucediera la pasada temporada, vuelven a convertirse en algo habitual. Malmagro, Kjelling y Dominikovic se perderán el encuentro, Urdiales arrastra problemas, la presencia de Jacobsen, expulsado en León, estará en el aire hasta el último momento. El central, de hecho, pasará en breve por el quirófano para operarse la muñeca, lo que le mantendrá de baja entre cuatro y seis semanas.

Chechu Villaldea reconoce cierta «preocupación» ante la avalancha de problemas físicos, aunque recuerda que su equipo está «dando la cara», como demostró el martes en León. El empate ante el Ademar, de hecho, mantiene en la zona noble de la clasificación a los iruindarras que, ahora, confían en coger impulso para volver a meterse en los primeros puestos, ante un rival de los asequibles. En teoría, porque el Antequera ha comenzado la Liga con ganas y cuenta con un equipo «experto, que tiene jugadores con oficio y calidad», advierte Villaldea. El técnico antoniano, además, cree que las diferencias en la Liga Asobal son cada vez menores, por lo que «no debemos confiarnos en ningún momento» para intentar «no perder en casa lo que sacamos fuera y hacer bueno el empate de León». La cita, en el Universitario de Iruñea a las 18.30.

Media hora más tarde, el Arrate intentará que esa mayor igualdad a la que aludía Villaldea se deje notar en Ipurua. Porque si Portland busca un impulso, la escuadra eibarresa se enfrenta a una misión imposible. O no. Porque también en este caso puede haber un trecho de la teoría a la práctica.

El Valladolid, al menos, ya demostró hace una semana que el Ciudad Real, pese a ser el mejor equipo del mundo, también es batible. Y es que, se hace muy raro, pero el equipo de Talant Dujshebaev llega a Eibar en la quinta plaza de la tabla, con dos puntos menos que el líder.

Puesto que ya quisiera para sí un Arrate que no ha podido empezar de peor manera la temporada. Los inesperados tropiezos ante Rioja y Granollers y la más previsible ante el Barcelona mantienen al equipo guipuzcoano en el fondo de la tabla, con su casillero de puntos todavía inmaculado.

Sin embargo, la buena imagen ofrecida el miércoles en el Palau ha reforzado la necesitada moral de los eibarreses, que afrontan el encuentro con la única baja de Mariusz Jurkiewicz.