No hay vidas sin guión, sólo mal escritas
Maider IANTZI | DONOSTIA
«The brothers Bloom», de Rian Johnson, fue la última película proyectada en la Sección Oficial, aunque fuera de concurso. La interpretan los ganadores de sendos Óscars Rachel Weisz y Adrien Brody, la nominada al galardón de la Academia de Hollywood Rinko Kikuchi y el protagonista de «Zodiac» Marka Ruffalo. Es una comedia viajera sobre dos hermanos timadores que llevan perfeccionando su técnica desde niños. Ahora, se han embarcado en una última gran aventura: han atraído a una hermosa y solitaria heredera hacia una complicada trama que les llevará a Atenas, Praga, México y San Petersburgo. Para el hermano mayor, Stephen, la vida es un carnaval. Escribe impresionantes historias que luego interpreta junto con el pequeño, Bloom. Busca la estafa perfecta, en la que todos logran lo que quieren. Sin embargo, Bloom está algo hastiado, se encuentra perdido en un laberinto, quiere saber lo que es una vida no escrita. Pero, según advierte Stephen, no hay vidas sin guión, sólo mal escritas.
El director de este trabajo divertido y lleno de juegos recordó ayer que creció haciendo y viendo filmes, en una familia cinéfila. A su parecer, más que vivir una vida real, como anhela Bloom, la salvación es ser un buen contador de historias. Se trata de «ver el mundo que nos rodea y contarnos a nosotros mismos una hermosa historia». Como le propone Penélope a Bloom: «Viviremos escribiendo el guión más bonito. ¿Estás preparado?». Penélope, la joven que ha vivido siempre en una mansión, sola, aprendiendo mil y un hobbies; los hermanos timadores; su ayudante Bang Bang, una sexy japonesa experta en explosivos... En palabras de Johnson, son personajes de cuentos de hadas. Por eso visten de una forma peculiar, y también para mostrar que los hermanos, especialmente Stephen, lo controlan todo, como si las personas de su alrededor fuesen simples marionetas.