Cerca de 30.000 personas denuncian el racismo en Roma y Nápoles
GARA |
Cerca de 10.000 personas se manifestaron ayer en Nápoles y otras 20.000 en Roma bajo el lema «queremos un mundo de todos los colores. Racistas y opresores fuera».
La pasada semana un ciudadano chino de 36 años sufrió una agresión a manos de un grupo de adolescentes en Roma. La protesta, en la que participaron centenares de inmigrantes chinos, estuvo encabezada por un centenar de inmigrantes africanos que portaron fotos de los seis compatriotas que fallecieron en Castel Volturno a manos de la mafia napolitana.
Los manifestantes exhibieron también carteles en recuerdo de Abdul Guievre, el joven italiano de 19 años y originario de Burkina Faso, que el 14 de setiembre recibió una paliza mortal en Milán. Según testigos presenciales, sus agresores le llamaron «sucio negro».
Por otra parte, medios italianos se hicieron eco del relato de una ciudadana somalí que interpuso una denuncia contra los agentes de aduanas del aeropuerto de Ciampino de Roma por haberla maltratado y humillado.
A estos hechos, se les suma la quema de varios campos vacíos de inmigrantes rumanos y la paliza que la Policía dio el martes a un senegalés.
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, advirtió sobre «estas nuevas manifestaciones de racismo». Afirmó que existe «una emergencia educativa en relación a estos fenómenos que oscurecen los valores fundamentales». El jefe de Estado hizo estas observaciones durante la entrevista que mantuvo con el Papa.
Gianfranco Fini, líder de la ultraderechista Alianza Nacional -integrada en el Partido de la Libertad de Berlusconi- dijo estar «preocupado».
Acto seguido, pidió «una política clara contra la inmigración porque no se pueden abrir las puertas a todos por un mal entendido sentido de la solidaridad».
Desde la oposición, Walter Veltroni abogó por «una profunda reflexión» a nivel nacional.