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La cueva de San Kiliz y la Cruz de Castillo en Sierra de Toloño

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Antxon ITURRIZA

La sierra de Toloño o de Cantabria, según pareceres, ofrece una enorme variedad de posibilidades para los montañeros, que van desde el recorrido por bosques, la travesía de vertientes entre Araba y La Rioja, la travesía por sus crestas y hasta algunos tramos aéreos de escalada básica.

Hoy vamos a presentar una opción diferente y original, como es la de ir al encuentro de la cueva de San Kiliz (San Quirico), cruzar su túnel natural y terminar ascendiendo a la cima de la Cruz del Castillo.

Partimos de Lagrán por una pista que se dirige perpendicularmente hacia la base de la sierra. Tras acabarse el tramo de asfalto iniciamos el ascenso por la pista que conduce hacia el puerto del Toro por la llamada Ruta de las Carboneras.

Llegamos hasta un cruce señalizado en el que tomamos a la derecha la dirección de Pipaon (35 min). Por esta pista continuaremos hasta sobrepasar el refugio de San Juan. Pocos metros más adelante, la pista describe una amplia curva a la izquierda. Aquí debemos permanecer atentos, porque tan sólo unos metros después localizaremos un cairn a la derecha que nos invita a dejar la pista y abordar un empinado sendero (50 min).

Nos adentramos en el bosque, pero no perderemos la atención porque pronto vamos a tener que desviarnos nuevamente a la derecha (1h), virando el sentido de la marcha hacia el oeste conducidos por otro cairn.

Nos internamos ahora en el bojedal siguiendo una senda trasversal a veces un poco cerrada hasta que llegamos a un cruce señalizado con un poste y con una cinta blanca. Tomamos hacia arriba (1,10 h) por una trocha cada vez más empinada. La otra senda que continúa a media ladera nos conduciría hacia las laderas de Palomares.

La imagen desaparecida

Salvando algunos tramos escarpados, llegamos por fin hasta la entrada de la cueva de San Kiliz o San Quirico (1,25 h). José Miguel de Barandiaran, en su libro «El mundo en la mente popular vasca» decía de esta cueva: «Existe en ella una imagen labrada en piedra que representa a Santa Julita con su hijo Quirico en el regazo. Llámanla la cueva de San Killiz (Quirico). Cuentan en cierta ocasión que un riojano lanzó la imagen fuera de la cueva. Al instante empezó a descargar una furiosa tempestad y no cesó de llover hasta que el pueblo de Lagrán restituyó la imagen a su antiguo abrigo».

Esa imagen a la que hacía referencia Barandiaran no existe actualmente y en el centro de la oquedad sólo pueden verse los restos deteriorados de un altar.

Ahora se inicia la parte más sugestiva de la excursión. Vamos a atravesar la montaña siguiendo una galería de unos veinte metros. Es conveniente llevar una bolsa grande para envolver la mochila y evitar que se manche con el barro y el yeso, así como una linterna. El tránsito es breve pero interesante. Primero hay que deslizarse por una galería baja, poco más adelante se amplia el espacio, pero hay que caminar con tiento porque las rocas están resbaladizas. Finalmente se emerge al otro extremo por estética laja.

Aquí debemos tomar una decisión: regresar por el mismo camino o continuar por el escabroso sendero que nos llevará hasta la Cruz del Castillo. Sólo deben de tomar esta opción caminantes con buenas facultades, acostumbrados a pasar por terrenos aunque no difíciles, si muy incómodos, porque la senda es empinada y el suelo muy inestable. Y que deben abordarla únicamente cuando el terreno esté seco.

Tras unos tramos muy ásperos, la senda se estabiliza y nos va llevando sin dificultades hasta la misma cumbre de la Cruz del Castillo (1.432 m) (2,05h).

La cumbre, como su nombre indica, está presidida por una gran cruz metálica, construida por el desaparecido montañero alavés Juanito Salazar e instalada allí en 1963.

Desde la cima el panorama que dominamos es inmenso, con toda la cuenca del Ebro extendiéndose hacia el sur hasta enfrentarse a los contrafuertes de Sierra Demanda; por el norte las laderas se cubren con los bosques y las montañas de Izkiz.

El descenso lo enfilaremos por una buena senda hasta el cercano puerto del Toro (1.202 m) (2,25 m) desde allí, siguiendo el viejo camino que descendía hacia Lagrán, podremos entretenernos observando los ejemplos instalados al borde del camino sobre el proceso tradicional de elaboración de carbón vegetal. Así, con comodidad y siguiendo la GR 38 regresaremos a Lagrán (3,40 m).

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