Menuda paradoja! Los defensores del libre mercado y la desregulación han inventado un mecanismo pasmoso: la nacionalización de los bancos, aunque sea parcial o temporal, para devolver la confianza al sistema financiero. Los últimos en apuntarse a esta tendencia, aunque lo disimularan anteriormente, han sido los EEUU, faro y guía de los más fervientes admiradores de la libre competencia. Han dejado sentado que comprarán participaciones de los bancos en apuros.

Esta medida, maquillada apropiadamente, también ha pasado a engrosar el catálogo de planes del Gobierno Zapatero, que dice seguir así los acuerdos consensuados en Europa. Pero, según parece, se ha escrito el texto, es decir, el acuerdo, pero le falta la música, o sea el dinero. Sería una promesa para la galería. Cuando deban interpretar la canción en directo les tocará improvisar, una vez más. En la misma galería habría que colocar la garantía de los depósitos de los clientes. Uno cree que con menos de 7.000 millones de euros no se pueden garantizar, ni de lejos, los depósitos. Harían bien en preparar el proyecto de ley que habilite los fondos adicionales con los que cubrir en el futuro esa garantía.

Mientras tanto, en la bolsa se felicitaban ayer por este rescate tácito. Todos los índices lograban marcas históricas, animados por la contundencia de las ayudas públicas. Habrá que ver si descongela el mercado interbancario y si los créditos necesarios para suavizar los devastadores efectos de la crisis económica llegan de verdad a los más necesitados. De lo contrario, el socorrido mensaje de salvamos a los bancos para salvar la economía será un horrible fraude.