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El Shas deja plantada a Livni y fuerza las elecciones anticipadas

Los ultraortodoxos del Shas anunciaron ayer que no formarán parte del Gobierno israelí que está preparando Tzipi Livni con el Kadima y el Partido Laborista. El Shas considera que no se han satisfecho sus exigencias de más dinero para las familias numerosas y de «blindar Jerusalén como capital israelí». De este modo, Israel estaría abocada a celebrar unas elecciones anticipadas, en las que todas las encuestas dan como favorito al líder del Likud, Benjamin Netanyahu.
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El partido ultraortodoxo sefardí Shas anunció ayer que rechaza las condiciones impuestas por Tzipi Livni para participar en el Gobierno de coalición que estaba confeccionando y que ya contaba con la participación de su partido, el Kadima, y el Laborista de Ehud Barak.

Sin el apoyo del Shas, Livni se encuentra en una posición extremadamente débil para poder formar Gobierno, por lo que el escenario más probable es que se convoquen elecciones anticipadas, tal y como reclama desde la oposición Benjamin Netanyahu, líder del derechista Likud.

Líder del Kadima tras la dimisión por las acusaciones de corrupción de Ehud Olmert en setiembre, Livni dio el jueves un ultimátum al Shas hasta el domingo para que respondiese a la oferta de integrarse en el Gobierno israelí, del que formó parte con Olmert.

Sin embargo, al Shas le ha bastado sólo con un día para rechazar integrarse en el Gobierno de Livni, al considerar que no se han satisfecho sus demandas. Los ultraortodoxos sefardíes exigían un incremento de las ayudas a las familias numerosas -la mayoría de sus votantes tienen más hijos que los laicos israelíes- y la garantía de que Jerusalén Este, ocupada en 1967, no será entregada a los palestinos, pese a que esta cuestión no se ha tratado en las negociaciones derivadas de Annapolis.

«Si el estatus de Jerusalén no se refuerza y se da la impresión de que la capital de Israel (sic) puede ser objeto de negociación, puede haber repercusiones en todas las negociaciones futuras», destaca el Shas, que cuenta con cuatro ministros en el Gobierno de Olmert, que aún está en funciones.

«En estas condiciones no podemos participar en el Gobierno de Livni», añadió el Shas.

El apoyo del Shas era imprescindible para Livni, ya que los doce diputados ultraortodoxos (de los 120 que forman la Knesset o Parlamento israelí) garantizaban la mayoría absoluta unidos a los del Kadima y del Partido Laborista.

La decisión del Shas refuerza extraordinariamente la posición de Netanyahu, a quien las encuestas dan como favorito en unas elecciones anticipadas. El Likud está jugando la carta de oponerse firmemente a cualquier diálogo con los palestinos, aunque sea tan descafeinado como el derivado de Annapolis.

Siguiendo esta línea, Netanyahu acusó el jueves a Livni de «querer dividir Jerusalén» para renunciar al este de la ciudad para entregársela a los palestinos. Israel ocupó Jerusalén en 1967 y se anexionó esta ciudad pese a que la legislación internacional no se lo permite.

Pese a las críticas de Likud y Shas, Israel sigue construyendo colonias sionistas en el este de Jerusalén.

El Shas es un partido ultraordoxo creado en 1984 y que agrupa a los judíos sefardíes y mizrahim, de origen oriental. Tiene una ideología fundamentalista judía y se alimenta del resentimiento frente a los judíos ashkenazis, originarios de Europa y que son la clase dominante.

Un ultraortodoxo y un laico, por una Jerusalén sólo para judíos

Un candidato ultraortodoxo y otro laico pugnan por alcanzar la Alcaldía de Jerusalén, pero más allá de sus diferencias, ambos coinciden en defender que Israel se anexione la zona oriental de la ciudad, ocupada ilegalmente desde 1967.

A menos de tres semanas de las elecciones municipales del 11 de noviembre, el candidato laico, Nir Barkat, tiene el 48% de intención de voto, frente al 36% de su rival, el rabino ultraortodoxo Meir Porush, pero la diferencia entre ambos tiende a reducirse.

Un tercer candidato, el millonario ruso Arkadi Gaidamak se quedaría en el 6%, según el sondeo publicado por el diario «Yediot Aharonot».

Barkat, empresario del sector de altas tecnologías, ya optó a la Alcaldía en 2003, pero perdió ante el ultraortodoxo Uri Lupolianski.

Nir Barkat, de 49 años, abandonó el Kadima de Olmert para rechazar lo que considera «proyectos para dividir Jerusalén». En su campaña, ha recurrido a los mensajes racistas, prometiendo fomentar la presencia judía en los barrios palestinos.

Sus apoyos van desde la extrema derecha rusófona de Israel Beitenu, hasta la izquierda sionista.

Frente a él, el rabino Meir Porush, defensor a ultranza de la construcción de colonias sionistas en los barrios palestinos.

Oficialmente, el 66% de los habitantes de Jerusalén son judíos y el 34% palestinos, que son residentes pero no ciudadanos israelíes. Pueden votar en las municipales -que boicotean para denunciar la ocupación-, pero no en las legislativas. GARA

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