SOS Arrazakeria, la plataforma Papeles y derechos Denontzat y los sindicatos STEE-EILAS, ESK y CGT denunciaron ayer ante la Audiencia de Nafarroa la situación en la que se halla el vecino de Iruñea Madjid Sahouane, detenido en Carabanchel con motivo de una orden de expulsión contra él. Los colectivos explicaron la sinrazón de ser expulsado cuando su situación está regularizada -lleva 18 años en Iruñea- y no pesa sobre él ningún delito, por lo que mostraron su rechazo ante lo que consideraron una «vulneración de sus derechos». A Sahouane se le ha aplicado el artículo 54.1 de la Ley de Extranjería, por el que «se castiga a todo aquél que atente contra la seguridad exterior del Estado». Desde SOS Arrazakeria señalaron que «es la primera noticia que tenemos sobre este artículo, que posibilita su aplicación de manera subjetiva».

El pasado martes Sahouane fue detenido y dos días más tarde lo ingresaron en el centro de internamiento de Carabanchel. Desde entonces, el Gobierno español trata de tramitar su expulsión, pero necesita la firma de la embajada argelina en el Estado español. Por el momento, la embajada se ha negado a ello, alegando que su gestión concierne a las personas que están en situación irregular. El periodo a permanecer en este centro especial está limitado a 40 días, por lo que, una vez que se haya cumplido, Sahouane debería ser puesto en libertad.

Años de cárcel y luego absuelto

Madjid Sahouane fue detenido en el año 2004 acusado de «pertenecer a organización terrorista». Pasó cuatro años en la cárcel -límite de la prisión preven- tiva- en Soto del Real y A Lama (Pontevedra), tras lo que el Tribunal Supremo ordenó su absolución. La Fiscalía solicitaba siete años de prisión, y se le llegó a relacionar con el 11-S y el 11-M. Esta operación fue llevada a cabo contra catorce personas de origen magrebí, y todas ellas fueron absueltas. Aunque ayer no se profundizó en sus casos, Mohammed Talbí, amigo de Sahouane, aseguró que los demás también están en la misma situación, en riesgo de ser expulsados. Apuntó que a algunos de ellos les ha finalizado en la cárcel el permiso de residencia, por lo que no han podido tramitar la renovación.

Este amigo subrayó que «le conocemos bien, y ellos también; han sabido de nosotros durante 18 años». Por ello, aseguró que «se trata de propaganda mediática, y nos encontramos indefensos. Todos nosotros somos sospechosos, ¡toda una cultura que es el islam!».