El jueves, hacia las 20.00 horas, un joven marroquí de catorce años se cayó desde la parte baja del autobús en el que venía escondido desde Tanger. El vehículo que cubría el trayecto desde la ciudad marroquí hasta París paró en Biarritz para hacer los controles policiales ordinarios. Fue entonces cuando el adolescente exhausto se cayó desde la parte trasera del autobús.

El joven, que se encontraba muy débil, fue atendido por los servicios médicos y trasladado a un centro de acogida cerca de Baiona. Durante todo el trayecto de más de tres mil kilómetros, nadie se dio cuenta de que el adolescente estaba en los bajos del vehículo. Incluso en el tramo del estrecho de Gibraltar cuando el autocar fue introducido en un ferry su presencia no fue advertida por nadie.