Los trabajadores de la Cámara de Comercio e Industria de Baiona (CCI) secundaron ayer la jornada de huelga convocada en el Estado francés para protestar contra el proyecto de reforma de estas instituciones impulsada desde París. El proyecto supone una suerte de «descentralización centralizada» en la organización territorial de las cámaras, que potencia la concentración de competencias en un número limitado de núcleos y la pérdida de peso -y probablemente de empleos- para el resto. En el caso de Baiona, los efectos se materializarían en una drástica limitación de su actividad, ya que quedaría reducida al papel de «antena» de la cámara territorial, a ubicar en Burdeos.

Sin menospreciar el severo impacto laboral que pudiera acarrear el proyecto, éste amenaza con golpear directamente a uno de los agentes con mayor dinamismo, ya que su actividad supera el mero asesoramiento a industrias y comercio para abarcar parcelas más amplias como la educación (gestiona una escuela de Comercio y otra de Ingenieros) y también la actividad portuaria (administra los puertos de Baiona y Donibane Lohizune). Pero es que, además, la CCI es la única institución que reagrupa los tres herrialdes vascos y la más antigua de Ipar Euskal Herria, ya que se fundó en 1726. Un mazazo para las aspiraciones de avanzar en la institucionalización de Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea.