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Debate de ideas en Nafarroa

Fue Pío Baroja quien consideró que las palabras «pensamiento» y «navarro», unidas como aparecían en una cabecera de su época, formaban un oxímoron. Es decir, que ambas palabras tienen un sentido opuesto o antagónico difícilmente combinable. Pero visto el agrio debate suscitado dentro de la derecha navarra y española en torno a la estrategia política a seguir para mantener el statu quo, hasta el mismísimo Maquiavelo discreparía. El debate político en Nafarroa tiene tintes palaciegos, con pactos, conspiraciones, traiciones, libelos... pero sobre todo tiene un tema central: el poder. Y en esos términos hay que entender las maniobras de los diferentes agentes. Tanto la suspensión de militancia de Del Burgo y Cervera por parte de UPN de anteayer como la ruptura del pacto por parte del PP de ayer.

En el fondo de esta polémica se encuentran por un lado intereses inmediatos contrapuestos -el deseo de mantenerse en el Gobierno de Nafarroa de Sanz frente a la estrategia de Rajoy para auparse a Moncloa- y objetivos políticos estratégicos comunes -la negación de Euskal Herria y la unidad del Estado-. En este momento los intereses marcan dos estrategias posibles. Sanz defiende con vehemencia que entre «romper el pacto o romper Navarra, optaría siempre por el riesgo de romper el pacto». El Partido Popular, por su parte, tiene claro que nadie como ellos para preservar el tarro de las esencias hispanas, también en Nafarroa.

Mientras la derecha debate en términos clásicos de táctica y estrategia, el resto de agentes políticos parecen afectados por el síndrome de Estocolmo. En plena crisis de gobernabilidad NaBai se descuelga con una sorprendente propuesta de reforma del Amejoramiento -aquel que ni siquiera fue refrendado-. Por otro lado, el sector que promulgaba la necesidad del cambio dentro del PSN parece absorbido por la estructura copada por Jiménez y dirigida desde Ferraz. Asumen la exclusión de la disidencia establecida por el PP y sostenida por el PSOE. Y con esa exclusión ahogan la voz de quienes reivindican una estrategia real en clave de alternativa de poder, el verdadero debate pendiente.

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