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Final del mundial de fórmula uno

Hamilton aguó la celebración de Ferrari en la última curva de Brasil

Increíble final del Mundial de Fórmula Uno. La emoción se mantuvo hasta la conclusión de una carrera marcada por la amenaza de lluvia. El agua que cayó en la postrimería, unida a la pasada de Vettel a Hamilton, dejó el título en manos de Massa. Sin embargo, el inglés superó a Glock en la última curva, justo cuando Ferrari celebraba un cetro que no había conseguido.

Beñat ZARRABEITIA | BILBO

Ver para creer. Lewis Hamilton conquistó el título mundial en la última curva del circuito de Interlagos. Así, el piloto británico se tomó cumplida venganza del tremendo sin sabor que se llevó hace 12 meses, cuando también en Brasil, se quedó con la miel en los labios. Ayer, la historia estuvo a punto de repetirse para su desgracia, pero un golpe final de fortuna que ya ha entrado en la gran historia de la Fórmula Uno, le permitió adelantar a Timo Glock en la última curva. La pasada acabó con el júbilo del paddock de Ferrari donde todo el equipo italiano celebraba un presunto título de Felipe Massa. El piloto local realizó una gran exhibición, siendo justísimo ganador de la carrera, pero se quedó sin Mundial.

La realidad es que el paulista tan sólo vio cerca el alzarse con el cetro en dos ocasiones: al inicio y al final de la prueba. Claro, que lo evidente de sus opciones en el tramo final, sobre todo a raíz del adelantamiento de Sebastian Vettel a Hamilton cuando apenas restaban dos vueltas, convirtieron su victoria en el triunfo más amargo de su trayectoria automovilística. Tras él, Alonso -que seguirá en Renault en 2009- y su compañero Raikkonen completaron el podio.

En el momento que Massa vio la bandera a cuadros, Hamilton era el sexto clasificado. Virtualmente, el Mundial era del brasileño y las opciones del inglés para devolverle la jugada al piloto de Toro Rosso eran prácticamente inexistentes. Y así fue, Hamilton no volvió a adelantar a Vettel, pero contó con una última baza. En medio de la confusión, el agua no dejaba ver bien si los pilotos que el de McLaren tenía delante eran doblados o si era Timo Glock, que según las informaciones rodaba en cuarta posición, el último clavo ardiendo al que el equipo de Ron Dennis podía agarrarse. El de Toyota fue el único piloto de los cabeceros que no entró en boxes cuando a falta de siete vueltas la lluvia volvió a hacer acto de presencia -los meteorólogos de Ferrari anunciaron «lluvias torrenciales» antes de la carrera, el cielo estaba lleno de nubes grises, pero lo cierto es que sólo cayó agua a la salida y a la conclusión de la prueba- y, por ese motivo, acabó siendo superado por Hamilton, más veloz, en la última curva.

La decepción de Massa -que corría en su propia ciudad-, Ferrari y la afición brasileña fue inmensa. Tanto, que alguno se atrevió a compararlo con el «Maracanazo» que sufrió la canarinha en el Mundial de fútbol de 1950 ante Uruguay.

GLOCK Y LA LLUVIA

La clave del último adelantamiento de Hamilton estuvo en la decisión de Timo Glock de no entrar a boxes a cambiar de neumáticos cuando reapareció la lluvia. La decisión le llevó a rodar más lento y ser pasado in extremis por el británico.

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