PP, potaje peligroso
Ramón SOLA
En UPN todos recuerdan todavía la refriega que desembocó en la escisión de CDN, en el año 1995. Si ahora el campo de batalla de la crisis interna ha sido la posición ante los presupuestos estatales, entonces lo fue la identidad del europarlamentario que correspondía a UPN dentro de la fusión. Juan Cruz Alli porfió hasta el final por dar continuidad en Estrasburgo al tudelano Luis Campoy. Pero el equipo de Miguel Sanz desafió su liderazgo optando por otro nombre nuevo: Javier Pomés. La pelea fue encarnizada. Alli perdió y se fue, Sanz ganó y se quedó, y Pomés ha sido el europarlamentario de UPN-PP durante estos trece años. Así que no es difícil imaginar el dilema al que se habrá enfrentado estos días, entre quien le llevó a Estrasburgo -Sanz- y quien le da de comer desde entonces -el PP-. Puesto ante tal disyuntiva, Pomés ha preferido al PP y parece evidente el porqué. UPN no tendrá eurodiputado el año que viene, porque los más de 350.000 votos necesarios no están a su alcance, pero el PP de Navarra sí, porque ello le permitirá apuntarse un tanto ante UPN y apuntalar así su costosa reconstrucción.
Entre la ideología y las lentejas, Pomés se ha quedado con las lentejas; opción lógica en el fondo, teniendo en cuenta que no hay cuestiones ideológicas que dilucidar. Algo parecido se puede decir de Santiago Cervera. Resulta significativo comprobar cómo el trasvase de UPN al PP ha tenido especial intensidad en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo, es decir, en los ámbitos en que el PP manda y apostar por UPN pone en riesgo el futuro político personal. Aunque desde la sede de la Plaza Príncipe de Viana se intente presentarles como tránsfugas, el argumento tiene poco peso en estas instituciones: técnicamente, más tránsfuga sería por ejemplo el diputado Carlos Salvador si opta por dejar el Grupo Popular del Congreso y pasarse al Mixto.
El PP se refundará en Nafarroa con estos electos dispuestos a preservar su carrera política por encima de todo. Les acompañarán los que vuelven a la casa del padre, en muchos casos convertidos ya en meros fósiles de la política (Del Burgo, Ayesa, Pérez Lapazarán). También los «pata negra» del PP más ligados al Opus Dei, como Javier Trigo. Estarán los «rebotados» que crecen en todos los partidos, como los ediles de Burlata. Inclasificables como el «bertsolari» de Leitza Pello Urquiola (sic), que tras elogiar a Franco y combatir a los «moros» en un libro acaba de ser «expuesto» por España y Libertad en Sevilla, en el Día de la Hispanidad. Y se puede prever que otros se irán arrimando en la medida que empiece el reparto de cargos internos y prebendas. Rajoy tendrá que componérselas con esto.
La tortilla tiene mejor color por el otro lado. No se oye que ningún alcalde de UPN piense en cambiar de acera, ningún parlamentario, ningún consejero. ¿Por qué será?