Temporada 70-71. Atlético de Madrid y Barcelona se jugaban el título de Liga en el Manzanares. A ambos les valía la victoria, pero empataron a uno y permitieron al Valencia, teórico combidado de piedra que sí hizo sus deberes, alzarse con el título de Liga. Tres años más tarde, los colchoneros lograron su mayor hito continental, llegar a la final de la Copa de Europa. Enfrente, el todopoderoso Bayern de Múnich de Beckenbauer, Maier o Torpedo Müller. Luis Aragonés adelantó a los madrileños con un lanzamiento de falta, pero Schwarzenbeck empató con un disparo lejano cuando apenas restaban segundos para la conclusión del partido. Entonces no se jugaban prórrogas y en el desempate, los bávaros no tuvieron piedad y golearon por cuatro a cero a los colchoneros.

Más duro aún fue el golpe que sufrieron en el 2000. Una campaña nefasta para sus intereses, con intervención judicial incluida, que concluyó con el descenso del Atlético a Segunda. En uno de los partidos clave, frente al Oviedo de Aragonés, los colchoneros contaron con un penalti a su favor en el último minuto, pero Hasselbaink falló y se fueron a segunda.

Episodios como ese han alimentado la leyenda de «el pupas». Lo de anoche en Liverpool no tuvo tintes tan dramáticos, pero en lo moral supone un duro golpe para el Atlético. Una victoria para los de Aguirre, tras la sanción de la UEFA y ante los ojos del hijo pródigo Torres -lesionado, presenció el partido junto a su novia Olaia- tenía un doble efecto. El primero, dar un golpe de autoridad deportiva a ojos de la UEFA, y el segundo, demostrar que pueden carburar sin la sombra del madrileño.

Ocurrió todo lo contrario. El penalti señalado en su contra evidenció que no tienen peso suficiente en el panorama europeo. El colegiado Hansson tuvo ocasiones para pitar alguna pena máxima antes, sobre todo en una caída de Agger en el primer minuto y en una mano de Carragher, pero no acabó decidiéndose hasta el descuento. Un choque entre Pernía y Gerrard permitió al ocho del Liverpool equilibrar el tanto que marcó Maxi en la primera mitad. Constatando así que el Atlético sigue siendo «el pupas». En ese mismo grupo, el trío Ben Arfa-Niang-Koné permitió al Marsella golear al PSV.

En cuanto al resto de la jornada, destacar el correctivo que le propinó la Roma al Chelsea. La pizarra de Spalletti superó a la de Felipao y rearmó a los suyos, que no viven precisamente su mejor momento en la Serie A. Otro equipo italiano, el Inter, vivió una dura noche en Chipre. El «exiliado» Anorthosis está demostrando el porqué de su concurso en la Champions y puso contra las cuerdas a los de Mourinho. El luso, que dicho sea de paso, no estará para nada contento con la actuación de jugadores como Nicolás Burdisso y Julio César, encontró la tabla de salvación en la cabeza del argentino Julio Cruz.

No obstante, lo suyo no es nada al lado del sufrimiento de Thomas Schaaf. El técnico del Bremen observó impotente la goleada que su equipo sufrió ante el Panathinaikos de Josu Sarriegi. Destacaron los golazos de Karagounis y Tziolis.