GARA > Idatzia > > Kultura

La Nota profunda de THX, «Deep Note», cumple veinticinco años

Lleva 25 años siendo el fetiche de los adictos a los sintetizadores, que han tratado de imitarlo innumerables veces, siempre sin éxito. Muchos opinan que es el sonido electrónico más bello jamás creado. Paradójicamente, el célebre sonido de THX es, en gran parte, un capricho del azar.

p050_f01_141x96.jpg

Mikel CHAMIZO

Cuál es el sonido, o la música, más famosa del mundo? Cuestión trivial, probablemente sin respuesta, para elucubrar un rato en una tonta tarde de domingo, como la de hoy, tal vez. ¿Serán los sonidos de Windows, que pueblan los ordenadores de todo el planeta? ¿La sintonía de Coca Cola? ¿La fanfarria de la 20th Century Fox? En el vértice del imaginario sonoro universal, nos hallamos con un puñado de combinaciones sonoras que todos, o casi todos, somos capaces de identificar. Y no solamente eso: algunos de ellos, además, nos hacen reaccionar de determinada manera. Es el caso del sonido que nos ocupa, creado hace ya veinticinco años pero que aun hoy sigue causándonos la misma profunda impresión cada vez que suena. Nos sumerge, en cierto modo, en un ritual. Llegamos a la sala de cine, nos sentamos en la oscuridad, vemos los trailers, quizá sin demasiada atención, y, en un momento dado, la sala comienza a vibrar, un cúmulo de frecuencias electrónicas surgen de todas partes, del suelo y de las paredes, avanzando y acercándose lentamente en un progresión que culmina en un epatante acorde perfecto de volumen atronador. THX, the audience is listening. Ahora, sí, la película va a comenzar.

Cuatro mil veces al día

La música de THX, llamada Deep Note (Nota profunda), suena unas cuatro mil veces diarias en salas de todo el mundo, pero no todas las películas y cines poseen el sistema THX, creado por la compañía Lucasfilm en 1983. Y es que el THX no es un sistema de audio como tal, es más bien un sistema de control de calidad. Si un productor de sonido dice que su película está en THX, significa que la banda sonora de dicho film se escuchará exactamente igual que en el momento de su creación, indicándose en los cines y carátulas de la película el logotipo certificador de THX. Tomlinson Holman, el creador del THX, necesitaba una música que pudiese transmitir la excelencia del nuevo sistema de audio para su presentación, con la tercera película de la saga Star Wars, «El retorno del Jedi», que fue la primera en hacer uso del mismo. Y es aquí donde nos topamos con la creación de ese sonido que es, desde hace un cuarto de siglo, fetiche absoluto de los locos por los sintetizadores, y que ha dado pie incluso a una parodia de Los Simpsons -en el capítulo 118, cuando revientan vidrios y cabezas en la sala de cine-.

El padre de la criatura fue James `Andy' Moorer, uno de los gurús de la música electrónica experimental, dueño de cuatro patentes y un oscar y, gran especialista, además de música, en inteligencia artificial. Aunque hoy el jubilado Moorer se dedica a reparar radios antiguas y tocar el banjo, en aquella época trabajaba para Droidworks, la división informática de Lucasfilm, como jefe de la división de audio. En 1982, acababan de construir un procesador de audio a gran escala, un armatoste al que bautizaron como ASP (Audio Signal Processor). Moorer recuerda que el diseñador del logo de THX le pidió «algo que venga de ninguna parte y se haga grande, ¡realmente grande!». Moorer decidió poner a prueba el ASP convirtiéndolo en un super-sintetizador, que tomando como base la forma de onda digitalizada de un violonchelo llegase a tener hasta 30 osciladores funcionando simultáneamente. Una vez configurado el «instrumento», Moorer escribió la «partitura»: un programa en C de unas 20.000 líneas de código. Pero lo curioso es que este programa no consistía en instrucciones sobre qué notas debían sonar, sino que generaba hasta 250.000 variaciones aleatorias sobre el funcionamiento de los treinta osciladores, dirigiéndolos de alguna manera no predeterminada desde un gran cluster hasta el diáfano acorde final. Tras varios días de pruebas y cientos de versiones diferentes, generadas aleatoriamente, un capricho del destino decidió que surgiese el sonido que se ha hecho mundialmente conocido.

De hecho, meses después del estreno de «El retorno del Jedi», en Lucasfilm perdieron la grabación original de Deep note. Aunque Moorer trató de replicarlo, no pudo conseguir que el ASP generase un sonido idéntico, como tampoco lo han conseguido muchos otros ingenieros de sonido que lo han intentado después. Al final, afortunadamente, se pudo recobrar la grabación original, y esa grabación será siempre la definitiva, pues el ASP, que fue vendido como chatarra en 1986, nunca podrá volver a recrear la nota profunda o Deep Note.

 

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo