Cara y cruz para los equipos vascos en la Copa EHF. Ambos solventaron sus encuentros con victoria, pero sólo Itxako estará en el sorteo de octavos de final.

El equipo navarro ya había recorrido más de la mitad del camino en el partido de ida, cuando consiguió diez goles de diferencia. Ayer en Lizarreria no se conformó con superar el trámite y despidió el año competitivo con una goleada de escándalo. 42-18 fue el marcador final del choque frente al Kikinda.

24 goles de diferencia gracias a un Itxako que no se relajó en ningún momento, pese a que fueron las serbias las que estrenaron el marcador. La defensa amarilla y Silvia Navarro, espectacular en los primeros minutos, con gol de campo a campo incluído, impidieron más alegrías a su rival durante los siguientes doce minutos, en los que el signo del encuentro quedó definitivamente marcado.

El equipo de Ambros Martín aplastó al Kikinda al contragolpe, sobre todo en la segunda parte, en la que la escuadra serbia bajó totalmente los brazos, ante un conjunto local entregado en agradar a sus aficionados, a los que obsequió con jugadas para el recuerdo y el contundente 42-18 final.

Insuficiente triunfo

También Akaba Bera Bera zanjó con victoria su visita al complicado Rostov, pero el triunfo tuvo sabor amargo para las donostiarras. El 26-27 que firmaron ayer no bastó para neutralizar el 31-32 de Bidebieta, con lo que se quedan fuera de la competición europea.

Lo peor fue, probablemente, la sensación de oportunidad perdida, porque el equipo de Reyes Karrere tuvo en sus manos la clasificación a octavos. Y es que a cinco minutos del final, Bera Bera dominaba por 22-26, pero una recta final desconcertante, que incluyó la exclusión de Tervel y una discutida falta en ataque, le dejó con la miel en los labios.

Si en Bidebieta las rusas habían hecho méritos para lograr una ventaja mayor, en el partido de vuelta fue Akaba el que superó a su rival en todos los aspectos del juego. Y eso que, tras unos minutos iniciales de tanteo, el Rostov empezó a encontrar facilidades para sus rivales, lo que le permitió adquirir cierta ventaja. Reyes Karrere retocó su defensa lo que, unido a las paradas de Bouveret y a un ataque muy ordenado, permitió a su equipo dar la vuelta al marcador para concluir el primer tiempo con una mínima ventaja (15-14).

Tras el descanso, las donostiarras incidieron en sus virtudes y la ventaja empezó a ampliarse, frente a un rival que veía cómo se le escapaba la eliminatoria y no sabía cómo frenar su caída. Así se llegó al 22-26 que colocaba a Bera Bera en octavos. Cinco minutos finales para olvidar evitaron que así fuera.