Acostumbrado a lidiar y también colaborar con los medios de comunicación, un serio y correcto Camacho insiste en el trabajo como la única vía para sacar a Osasuna de la complicada situación en la que se encuentra.

¿Se esperaba un estreno tan negativo?

Nadie piensa esto nunca, aunque estoy contento por cómo están trabajando mis jugadores. Lógicamente el fútbol es un deporte en el que manda el gol, y si no se meten, no se ganan partidos.

¿Cuál es su explicación sobre lo que está sucediendo?

Pues un poco de todo. Las cifras son pobres en ataque, no así en defensa, que son de equipo grande. No es lógica esta situación cuando en el último partido casi triplicamos al equipo de casa en llegadas al área rival. Osasuna suma 15 ó 16 encuentros sin ponerse por delante en el marcador y eso se lleva en las espaldas. Cuando lo haga o se gane, los futbolistas se verán más sueltos.

¿Pero no da la sensación de que el equipo ha bajado en intensidad defensiva en sus últimos choques?

No estoy de acuerdo. Nos han metido goles en cuatro jugadas a balón parado, tres faltas y un penalti, y no porque el contrario nos cree ocasiones y nos pase por encima. Mis hombres están bien colocados y presionan correctamente, lo que nos falta es más agresividad y hacer más daño en las jugadas de estrategia o cuando llegamos a gol.

¿Se puede conseguir esa agresividad de la que habla en una plantilla que destaca más por el toque que por el músculo?

A mí me gusta que toquen el balón, pero también que cuando se tiran corners, faltas y centros, el contrario no pueda salir diez veces al contraataque. Esas jugadas deben acabar en remate, es ahí donde debemos aportar esa agresividad. Hasta ahora, cuando el contrario entra, tiene más argumentos que los nuestros, que son bastante pobres.

Unos argumentos que no se han visto mejorados por jugar con dos delanteros.

El equipo se desenvuelve mejor con un atacante porque está preparado para ello y es más efectivo, hay que adaptarse. La verdad es que cuando lo hacemos con dos delanteros, están muy juntos y son parecidos, habrá que educarlos poco a poco.

Al final el esquema es el de antes de su llegada.

En lo que es el trabajo táctico hemos cambiado poco, con algunas pinceladas propias del entrenador, porque a mí me gusta que cuando se tiene el balón se mire más hacia el delantero que al defensa. Es cierto que cuando las cosas no te salen bien, te refugias en el pase más fácil y no, por ejemplo, en buscar la espalda de la defensa contraria, eso es lo que tiene que cambiar.

¿Esas intenciones se verán finalmente hoy ante el Atlético?

Espero que sí. Estoy ansioso por ver que los jugadores salgan con la mentalidad de que quieren ganar y que eso lo perciba el rival. Se debe notar en muchos aspectos sobre el campo, en la disputa de un balón, cuando se bota un corner o una falta... que el contrario no piense que le va a resultar fácil. No es complicado, tampoco fácil, salir de la situación en la que nos encontramos, porque si ganas dos parti- dos cambia todo, pero hay que buscar esa posibilidad.

¿Le ha sorprendido la respuesta de la afición pese a los malos momentos?

No, porque una de las razones por las que me decidí a venir aquí fue el que la gente está con su equipo y eso es un punto más a nuestro favor. Ahora debemos contagiarles con buen juego, cuando te esfuerzas, trabajas y vas a buscar el gol, la afición siempre está contigo.

Ha insistido, por activa y por pasiva, en lo amplia que es la plantilla. ¿Habrá muchas salidas en el mercado invernal?

La plantilla está confeccionada así y hay que ser respetuoso con los jugadores, pero creo que lo más importante para un profesional es demostrarlo compitiendo. Si te quedas aquí sabiendo que no vas a jugar y porque tienes un contrato, eso es perjudicial para él. De todos modos, es muy pronto todavía para tomar decisiones.

Pero ya empiezan a salir nombres en cuanto a posibles llegadas. Suena mucho Saviola.

Primero hay que respetar a los que están y, si traemos un jugador, habrá que hacerlo sin ruido porque si entramos a competir no tendremos las mismas posibilidades que otros equipos. Habrá que ser cautos porque jugadores que ahora no participan en sus conjuntos, dentro de un mes pueden hacerlo. A lo mejor te ilusionas con uno y luego no puede venir.

Se dice que si no se satisfacen sus peticiones o siguen las cosas tan mal, Camacho hará las maletas.

Pues quien dice eso está equivocado. Si me imponen jugadores, salidas o entradas, entonces sí que Camacho no dura ni un minuto. Pero si es para trabajar no dejo a nadie tirado, soy el último en irme porque es mi obligación. No es mi estilo, si me hubiera limitado a cobrar y admitir lo que no podía admitir como profesional, habría aceptado el super contrato que me ofreció en su día el Real Madrid y ahora podría estar retirado de por vida.

¿Se ve muchos años entrenando a Osasuna?

Si Dios quiere, sí.