El principal grupo rebelde de Darfur rechaza sumarse al alto el fuego del Gobierno
El presidente de Sudán, Omar Hassan al-Bashir, anunció ayer un alto el fuego «inmediato e incondicional» en Darfur, en guerra desde 2003, y la puesta en marcha de una campaña para desarmar a las milicias que operan en esta región del oeste del país. El principal grupo rebelde de Darfur, el Movimiento para la Justicia y la Igualdad, rechazó sumarse a la iniciativa anunciada por el Gobierno y dijo desconfiar de la promesa del presidente de cesar las operaciones militares.GARA |
«Por la presente anuncio nuestro inmediato e incondicional alto el fuego entre las Fuerzas Armadas y las facciones en guerra, siempre que se ponga en marcha y sea supervisado por todas las partes en conflicto mediante un mecanismo de observación eficaz», subrayó el presidente sudanés, Omar Hassan al-Bashir.
El mandatario realizó estas declaraciones ante personalidades internacionales en Jartum, capital sudanesa, tras escuchar las recomendaciones finales de la iniciativa para la paz en Darfur puesta en marcha por su Gobierno y que pretenden ser la base para una conferencia de reconciliación que está previsto se celebre en Qatar antes de fin de año.
El Movimiento para la Justicia y la Libertad (JEM, por sus siglas en inglés), principal grupo rebelde de Darfur que ya anunció que boicoteará la conferencia de Qatar, rechazó ayer sumarse al alto el fuego anunciado por al-Bashir, de cuyas promesas dijo desconfiar. «No podemos cesar los ataques a cambio de nada», remarcó el subcomandante general del JEM, Suleiman Sandal.
Omar Hassan al-Bashir también indicó que el Gobierno pondrá en marcha de inmediato una campaña para, además de desarmar a las milicias que operan en Darfur, «restringir el uso de armas entre las Fuerzas Armadas», en referencia, al parecer, a la milicia árabe pro gubernamental de los Janjaweed. «Confirmamos nuestro compromiso de negociar para encontrar una solución pacífica que garantice el fin del conflicto», manifestó.
El alto el fuego fue propuesto por el Foro del Pueblo de Sudán, una plataforma integrada por representantes del Gobierno y de la oposición, y que los rebeldes han boicoteado. Al-Bashir no se refirió a otra de las recomendaciones de este foro, la puesta en libertad de los presos políticos de Darfur.
Los detractores del régimen sudanés consideran que esta iniciativa diseñada por el Gobierno es una tentativa para desviar la atención sobre la acusación del Tribunal Penal Internacional (TPI) contra al-Bashir por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio en el conflicto de Darfur que, según datos de la ONU, ha causado cerca de 300.000 muertos -10.000, según Jartum- y unos dos millones y medio de desplazados.
«No está interesado»
«El JEM no está interesado en ese alto el fuego. Debería formar parte de un acuerdo y aportar iniciativas para que se pueda cumplir», indicó El Tahir El Faki, portavoz del movimiento, que tiene su sede en Londres. Asimismo, vinculó el anuncio con el proceso judicial internacional. «Tiene miedo de ser arrestado y está intentando que no se avance en ese proceso», afirmó.
El Faki insistió en que en anteriores ocasiones el Gobierno ha anunciado otras ofertas para suspender sus operaciones militares y «el mismo día ha cometido atrocidades». «Es un terrorista: primero dice una cosa y luego hace otra», aseguró.
El conflicto de Darfur estalló en 2003 cuando grupos rebeldes de esa región se levantaron en armas para protestar contra la pobreza y marginación en la zona, fronteriza con Chad, y se acusa al Gobierno de haber reprimido brutalmente la rebelión. El fiscal Ocampo acusa a al-Bashir de haber ordenado a sus fuerzas destruir a los grupos no árabes de Darfur, de «asesinato, tortura, violaciones y saqueo».
El anuncio del presidente sudanés se dio a conocer mientras se espera que el TPI se pronuncie sobre la petición de arresto contra al-Bashir solicitada por el fiscal jefe del tribunal, Luis Moreno Ocampo.
Jartum pretende convencer a la comunidad internacional de su seriedad en cuanto a su voluntad de solucionar el conflicto, y de convencer al Consejo de Seguridad de la ONU para que pida la suspensión de las actuaciones judiciales del TPI contra su presidente. En caso de seguir adelante el proceso, sería el primer caso en el que un gobernante en ejercicio responde ante un tribunal internacional.
La Unión Africana y la Liga Árabe pidieron al Consejo de Seguridad un aplazamiento de cualquier decisión del TPI, con el fin de dar tiempo al presidente sudanés para instaurar el alto el fuego.
El principal mediador internacional para Darfur, Djibril Bassole, acogió positivamente el anuncio de al-Bashir y confió en que sirva para dar un «nuevo impulso» a las negociaciones. «El final efectivo de las hostilidades constituiría una demostración sincera por parte de las partes beligerantes de su voluntad de diálogo», agregó.
Algunos analistas, por su parte, afirmaron que el Gobierno de Sudán debe traducir sus declaraciones en actos si quiere lograr el apoyo de la comunidad internacional, ya que anteriores declaraciones de tregua no detuvieron los combates.
Los detractores del régimen sudanés y los rebeldes del JEM vinculan el anuncio de alto el fuego con el proceso judicial iniciado por el TPI contra el presidente al-Bashir por crímenes de guerra y genocidio en Darfur.