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Allegados de Gaizka Etxebarria continúan sin noticias tras once días de angustia

La angustia y la incertidumbre embargan a la familia y amigos de Gaizka Etxebarria Urkiza, un vecino de Santutxu desaparecido desde el mediodía del 11 de noviembre y del que se pierde la pista en Sopuerta después de que vendiera un coche en esta localidad. Mientras los allegados aguardan noticias sobre este bilbaino de 30 años, la Ertzaintza prosigue las pesquisas para tratar de resolver un caso repleto de incógnitas. La Policía autonómica no descarta novedades.

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Agustín GOIKOETXEA |

«Estamos hechos polvo, dándole vueltas a la cabeza, impotentes ante lo que le ha podido pasar», confiesa María Goncalves, una de las amigas de Gaizka Etxebarria, que, como el resto de allegados del joven santutxuarra, tiene el corazón en un puño. «Esperamos lo peor -explica a GARA, en referencia a que quizás esté muerto-. Pero seguimos buscando sin perder la esperanza», apostilla esta inte- grante de la cuadrilla del desaparecido, hastiada ante la falta de noticias sobre el caso.

Once jornadas han pasado desde que Etxebarria Urkiza cerrase su tienda de venta de material para el cultivo de cáñamo en Santutxu. Su intención en los días previos era vender un BMW M3 a un amigo de Zamudio, aunque tras la oferta efectuada a última hora por un cliente habitual de su growshop, que le dijo que la pagaría 27.000 euros en efectivo por el vehículo, optó por viajar a Sopuerta para cerrar la transacción. Allí, precisamente, tenía que instalar también un armario para el cultivo de cannabis, según desvela Goncalves, que descarta «que se haya ido de forma voluntaria».

A las 14.30 del 11 de noviembre su compañera, Itziar Fernández, recibió una llamada telefónica en la que le informó de sus planes y de que en una hora estaría de regreso en su domicilio. No llegó y la alarma saltó cuando telefoneó al establecimiento y no recibió respuesta.

Las miradas de la familia y los amigos se dirigen desde entonces al comprador del BMW, Hatim Moutei, de 20 años, que niega cualquier implicación. Este vecino de Sopuerta confirmó que estuvo con Etxebarria y que efectuó con éste la transacción. A continuación, según su versión, el joven se despidió y le dijo que había quedado en Muskiz «con un tal Urko, Urkito».

Nada más se supo del joven santutxuarra, que vestía camiseta roja y negra a rayas y vaqueros. La chaqueta quedó en la tienda, donde la persiana estaba abierta. Las incesantes llamadas a su móvil no sirvieron de nada, pues la operadora les comunicaba que el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura.

Uno de los aspectos que ha levantado las sospechas de los allegados del desaparecido es que Moutei tuviera en su poder el DNI de éste, con el que tramitó en las oficinas de Tráfico de Bilbo la transferencia, falsificando -según su propia confesión- la firma de Etxebarria Urkiza. El acusado se defiende manifestando que esto es «habitual» en el caso de que ambas partes no puedan acudir a Tráfico.

«Es muy sospechoso que tuviera el DNI de Gaizka y no disponga de contrato de compraventa», argumenta Goncalves, que recuerda que «dos meses y medio antes, vendió otro coche a un amigo de Barakaldo y le hizo contrato. No era la primera vez que vendía un coche, ya que solía ir a Alemania, compraba un vehículo de gama alta y lo revendía aquí a conocidos».

La familia puso una denuncia ante la Ertzaintza el 12 de noviembre, y un día después los allegados comenzaron los rastreos por pistas forestales de Kobaron, Galdames, Gallarta, La Arboleda, Muskiz, Santurtzi, Sopuerta y zonas montañosas de Enkarterri, asesorados por una guarda forestal del círculo de amistades del desaparecido. No han obtenido resultados y reclaman la implicación de la Policía autonómica para que destine agentes y perros adiestrados. «No ha habido ni una sola patrulla y no nos dicen nada», lamenta María Goncalves.

Interior no descarta novedades

Fuentes del Departamento de Interior del Ejecutivo de Lakua indicaron a GARA que las pesquisas continúan y que en caso de encontrar algún mínimo indicio que lo aconseje llevarán a cabo batidas. Además, insistieron en que la investigación que han emprendido podría dar algún resultado en las próximas jornadas, aunque no avanzaron en qué sentido.

El paso del tiempo está haciendo mella en los padres -Gaizka es su único hijo-, la esposa y los amigos, que solicita a quien tenga alguna pista para esclarecer la desaparición que la comunique a la Ertzaintza. Descartan reiniciar los rastreos por las características montañosas de la comarca y los medios humanos y materiales de los que disponen, sin colaboración de la Policía autonómica.

Contacto

La familia y amigos de Gaizka Etxebarria Urkiza han realizado un llamamiento a las personas que tengan algún tipo de información para que se pongan en contacto con los teléfonos 629 842 505 ó 675 706 687.

Sospecha

Los allegados sospechan que a Gaizka «le ha pasado algo» y no descartan que esté muerto, aunque albergan esperanzas de que el caso se resuelva. La Ertzaintza aventura que podría haber novedades pronto.

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