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José Luis Herrero y Antton Azkargorta Profesores despedidos de la UPV

Elecciones en la UPV

La plataforma abertzale afirma que «en un principio» no apoyarán a ninguno de los dos candidatos. La verdad es que, dadas las circunstancias, las dos únicas opciones posibles de este sector son la abstención o el voto a Goirizelaia

Al final han sido únicamente dos candidatos los que se han presentado a las elecciones de la UPV: Marisol Esteban e Iñaki Goirizelaia. Al contrario de lo sucedido hace cuatro años, la izquierda abertzale universitaria no ha considerado conveniente presentar una candidatura al rectorado. En un principio sorprende un tanto esta actitud, dado el indudable éxito obtenido en aquella ocasión, el perfil suficientemente conocido de los dos competidores citados y la coyuntura política y universitaria en la que nos encontramos inmersos.

En nuestra modesta opinión, la necesidad de plantear una alternativa política a la actual situación universitaria constituía una necesidad ineludible desde parámetros abertzales. Una alternativa de carácter nacional, democrática y participativa que por una parte se oponga, desde el plano universitario, a la deriva neoliberal y, por otra, siente los pilares para la creación de un proyecto universitario en consonancia con el proceso de construcción nacional.

Somos conscientes de que la elaboración y concreción de una alternativa de ese tipo debe trascender el corto periodo de una contienda electoral. Pero nadie negará que el momento electoral constituye una gran oportunidad para el impulso de iniciativas, movilización de la gente y planteamiento de ese debate sobre el modelo universitario tantas veces demandado y siempre pospuesto.

No hay más que recordar el éxito alcanzado -y no sólo por los resultados- de las candidaturas de Ertza en 1990 y de Iñaki Antigüedad en 2004. Representaron un soplo de aire puro y anunciaron una esperanza de cambio en el degradado ambiente universitario imperante en aquellos años, aunque haya que reconocer que las expectativas que despertaron se diluyeron pronto por una sensible falta de compromiso político para favorecer su continuidad.

Algunas de las razones que la plataforma abertzale universitaria ha aducido para no registrar a un candidato propio en la elección a rector no nos convencen. Es cierto que el hecho de que el sistema exija la condición de catedrático funcionario para optar por ese puesto resulta extremadamente discriminatoria, pero eso no fue óbice para que Iñaki Antigüedad se presentara en su día. Y Laura Mintegi también acudió a la cita electoral por Ertza a pesar de no ser catedrática, con la intención, entre otras, de denunciar esa imposición institucional. Bajo nuestro punto de vista, hay que acudir a otras explicaciones para entender esa renuncia.

Ya en el curso pasado observamos el distanciamiento de la plataforma (formada por profesores y PAS) con relación a las movilizaciones estudiantiles contra «Bolonia». Distanciamiento tanto en las formas como en el contenido. Y si no se consigue una cierta homogeneización de posturas respecto a ese trascendental tema se hace casi imposible la presentación de un proyecto unitario. Es posible que aún persistan esas diferencias a las que habría que añadir las derivadas de la percepción que se tiene con respecto a la candidatura de Iñaki Goirizelaia. No hay que olvidar la represión ejercida contra los estudiantes de IA por parte del antiguo rector, uno de cuyos vicerrectores era precisamente el mencionado candidato. Precisamente el tema de «Bolonia», como materialización del espíritu neoliberal en la universidad, es una cuestión que tendrá gran actualidad a corto plazo. Los acontecimientos de Italia y las movilizaciones que están teniendo lugar en Europa y en el propio Estado español son unos indicadores de lo que puede llegar en este sentido. Sería muy conveniente que dentro del campo abertzale se plasmara una unificación de planteamientos sobre tan crucial asunto.

De todos modos, el voto de la izquierda abertzale puede ser decisivo para el desenlace electoral. La plataforma abertzale afirma que «en un principio» no apoyarán a ninguno de los dos candidatos. La verdad es que dadas las circunstancias, las dos únicas opciones posibles de este sector son la abstención o el voto a Goirizelaia. Porque todo el mundo en la UPV es consciente de lo que representa política e ideológicamente la candidatura de Marisol Esteban. Dada la necesidad imperiosa del voto abertzale por parte del primero de los candidatos citados, la capacidad de negociación de la plataforma y de IA se nos antoja considerable. Esperemos que ello se traduzca en logros prácticos sobre cuestiones históricamente demandadas.

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