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CRíTICA jazz

A medio gas

Javier ASPIAZU

El palacio Euskaduna contempló la reunión de dos leyendas del jazz, Chick Corea y John McLaughlin, que no tocaban juntas desde 1969, tras su participación en el mítico “Bitches Brew”, álbum de Miles Davis fundacional del jazz rock. Y eso fue precisamente, jazz rock resultón, lo que nos ofreció este quinteto estelar durante buena parte del concierto.

Gracias, sobre todo, a la poderosa pegada del batería de moda, Vinny Colaiuta (hasta este verano miembro también de la impresionante banda de Herbie Hancock), cuyos redobles en la caja y los platillos no desmerecen en absoluto de los más rotundos percusionistas heavys.

Y también, por supuesto, a los arpegios escalofriantes de ese guitarrista abrumador que es McLaughlin. Aunque el británico estuvo algo más contenido que en otras ocasiones, quizá porque hubo de compartir protagonismo con el resto de los miembros de esta espectacular Five Peace Band.

Pero no todo fueron subidos acordes eléctricos. El concierto comenzó con un standard, titulado «Stella by starlight», para el que los dos cabezas de cartel hicieron una intro a dúo plena de delicadeza y contención. Y también pudimos escuchar alguna pieza del quinteto acústico de Corea o clásicos del hard bop como el «Dr. Jackle» de Jackie McLean. Acertados interludios al apogeo amplificado que se vivió con temas como «New blues, old bruise» (donde McLaughlin dio lo mejor de sí) o el «Hymn to Andromina» dedicado a una de las galaxias más cercana a la tierra, nueva creación del «cienciólogo» Corea para esta banda: pieza de amplio aliento y desarrollo sinuoso e imprevisible que empezó con Corea al piano en tono experimental y acabó, tras la consabida rueda de solos apoteósicos, volviendo al sutil punto de partida.

Fue el momento más inspirado de un concierto ofrecido a medio gas, con un Kenny Garrett, al saxo alto, voluntarioso pero poco fresco en sus ideas; un Vinny Colaiuta, a la batería, que exhibió su celebrada inde- pendencia de manos con solos un tanto previsibles; un Chick Corea, con problemas técnicos en los teclados que, como John McLaughlin, brilló menos que sus compañeros y, por último, un contrabajista espléndido, Christian McBride, el más entonado de los músicos de la noche, cuyo solo en el tema «Dr. Jackle» mereció por sí mismo el precio de la entrada. Y ya es decir bastante.

Ficha

Grupo:

Chick Corea-John McLaughlin Five Peace Band.

Lugar:

Palacio Euskalduna, Bilbo.

Fecha:

20-11-08.

Precio de la entrada:

50-60 euros.

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