La piratería constituye otra mina de oro potencial para las empresas de seguridad
La protección de los buques que navegan frente a las costas de Somalia, en las aguas infestadas de piratas, constituye otra potencial mina de oro para las empresas de seguridad, aunque los expertos consideran que las implicaciones legales de este nuevo mercado son complejas.GARA |
«Podría ser el más grande nuevo mercado desde Irak. El potencial es enorme. Las implicaciones legales deben estudiarse atentamente, pero creo que es ésta la situación hacia la que nos encaminamos», asegura un asesor en seguridad privada afincado en Nairobi. Y es que la protección de los barcos que navegan por las aguas infestadas de piratas del Golfo de Adén puede convertirse en otra mina de oro.
El 15 de noviembre, sólo fueron necesarios 16 minutos y un puñado de piratas somalíes armados para hacerse con el control del Sirius Star, un superpetrolero saudí de 300 metros de eslora pero muy vulnerable, ya que no contaba con ningún sistema de protección y su tripulación era sólo de 25 personas.
El secuestro del superpetrolero, por el que los piratas exigen un rescate de 25 millones de dólares, puso sobre la mesa, pese a la afluencia de buques de guerra extranjeros frente a las costas de Somalia, la cuestión de la seguridad de la marina mercante, que transporta alrededor de un 90% del comercio mundial.
«Ya nada es seguro entre Singapur y El Cabo si no hay personal de seguridad a bordo. Lo que necesitan estos barcos es ser protegidos correctamente y asegurarse de que la seguridad del buque es suficientemente moderna», declaró a France Presse Nick Davies, que dirige la compañía británica Anti-Piracy Maritime Security Solutions.
El mes pasado, la compañía de seguros londinense Swinglehurst anunció haber firmado un acuerdo con la compañía de seguridad marítima Dogal Security para «viajes protegidos en el Golfo de Adén».
Algunas compañías de seguros ven en la lucha contra la piratería una verdadera mina de oro. «Todo el mundo habla, allí hay un mercado potencial muy importante. No sólo en Somalia, sino también en el Golfo de Guinea, donde hay petróleo, y en la bahía de Bengala», indica Bernard Jacquemart, responsable de información y análisis de Seguridad Sin Fronteras, una empresa ubicada en París.
«Queda por concretar un marco de trabajo para tales operaciones. La cuestión es si se puede tener hombres armados a bordo. La tendencia nos lleva a pensar que sí», asegura.
Blackwater, una de las empresas de mercenarios mundialmente más importante y conocida ya ha ofrecido sus servicios y ha anunciado que uno de sus barcos, el McArthur, se dirigía a aquella zona.
«Fuimos contactados por armadores que nos dijeron que necesitaban nuestra ayuda para garantizar que sus mercancías llegaran sin riesgo a su destino. El McArthur puede ayudarnos a conseguirlo», declaró recientemente el vicepresidente de Blackwater, Bill Matthews. Una portavoz de la empresa, Anne Tyrell, añadió que el barco realizaría fundamentalmente «labores de escolta y vigilancia» y explicó que el precio de tal escolta compensaría con creces el coste de un seguro más elevado.
«Mantenemos que ir armado no es la mejor idea, ya que no impediría los ataques y probablemente conduciría a una escalada», precisó.
Estas compañías insisten en que entrenar a la tripulación en ejercicios de seguridad pasiva debería ser una prioridad.
«La presencia de guardias armados está bien, pero habría que saber las implicaciones legales, qué pasaría si uno de ellos dispara contra alguien», explica Orlando Wilson, de Risk Incorporated. «Recibimos muchas llamadas. Probablemente podríamos embarcar gente armada, pero queremos saber por qué leyes estarán protegidos si las cosas salen mal», agrega.
La Armada india hundió por error el pesquero tailandés secuestrado el 18 de noviembre en el Golfo de Adén, con 16 tripulantes a bordo. Uno falleció, otro fue rescatado y catorce siguen desaparecidos después de que uno de los buques de guerra indios disparara contra el pesquero horas después de ser capturado.
El portavoz del Centro de Información de la Piratería, Noel Choong, dijo que los militares indios «probablemente confundieron al pesquero con un barco pirata al ver a varias personas armadas en su interior con los secuestradores». La Armada india mantiene que la fragata disparó en defensa propia y sólo respondió «a los ataques que lanzaron los piratas desde el barco».
Un periodista británico, otro irlandés y dos somalíes, fueron secuestrados ayer por hombres armados en Bosasso, capital de la provincia autónoma de Puntlandia. Los europeos estaban allí para informar sobre la piratería en Somalia.