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Los ultraortodoxos de Hebrón se vengan atacando a civiles palestinos

Tras el desalojo de una casa ocupada ilegalmente por colonos ultraortodoxos en Hebrón por parte del Gobierno israelí, comenzaron los actos de venganza contra civiles palestinos en esta ciudad del sur de Cisjordania. Israel envió refuerzos a Hebrón, aunque no evitaron las razias contra los palestinos. De hecho, los soldados reprimieron a quienes protestaban contra los ataques llevados a cabo por los colonos ultraortodoxos.
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Las autoridades israelíes se vieron obligadas ayer a hacer frente a los colonos ultraortodoxos de Hebrón, que continuaron agrediendo a palestinos como venganza por su expulsión de un asentamiento ilegal el jueves.

El Gobierno israelí envió refuerzos a Hebrón, situada en el sur de Cisjordania, después de que las fuerzas desplegadas allí habitualmente no fueran capaces de impedir las razias de los colonos ultraortodoxos.

El acceso a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén fue cerrado ayer, día de oración musulmán, para evitar que se produjeran manifestaciones de palestinos en denuncia por los hechos que se están registrando en Hebrón.

El representante especial de la ONU en Oriente Próximo, Robert Serry, valoró positivamente la evacuación de los colonos y condenó «el mantenimiento de la violencia de los colonos israelíes contra civiles palestinos, realizando actos de vandalismo y profanando mezquitas y cementerios musulmanes».

En este sentido, recordó que «el Gobierno israelí, en su condición de potencia ocupante, tiene la obligación de proteger a la población palestina, sus bienes y sus lugares sagrados».

En Gaza, unos 2.000 palestinos se manifestaron a convocatoria de Hamas en apoyo a sus compatriotas de Hebrón.

Un diputado de Hamas, Moushir al-Masri, acusó al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, de «haber enardecido a los colonos al debilitar la resistencia palestina».

En Hebrón, mientras, decenas de jóvenes palestinos respondieron a las agresiones de los colonos quemando neumáticos y lanzando piedras contra los soldados israelíes, que respondieron con granadas lacrimógenas.

Oficiales superiores israelíes se reunieron en Hebrón con sus homólogos de la Autoridad Palestina para coordinar sus operativos, según señalaron fuentes militares sionistas.

El jueves, la Policía evacuó a 250 colonos atrincherados en una casa de Hebrón usurpada a los palestinos. Los ultraortodoxos habían lanzado un pulso al Gobierno israelí para mostrar que no están dispuestos a abandonar los asentamientos ilegales que ocupan en Cisjordania.

El desalojo, ordenado por el Tribunal Supremo israelí, se culminó en menos de una hora sin ninguna clase de enfrentamientos. A continuación, los ultraortodoxos se tomaron la venganza atacando a palestinos y sus propiedades, como ya habían hecho los días precedentes. Tres palestinos resultaron heridos por balas de los colonos ultraortodoxos.

Asimismo, destrozaron olivos e incendiaron dos casas y una quincena de vehículos.

Los ultraortodoxos israelíes acusaron al ministro de Defensa, el laborista Ehud Barak, de «haber optado por la confrontación con los colonos de Hebrón» por motivos electoralistas» ante los comicios legislativos que próximamente se celebrarán en Israel.

Una ciudad ocupada en la que los colonos tienen impunidad

Hebrón (al-Jalil, en árabe), al igual que Jerusalén (al-Quds), es una ciudad sagrada para musulmanes, cristianos y judíos, ya que alberga la Tumba de los Patriarcas, en la que la tradición dice que está enterrado Abraham, venerado por estas tres religiones monoteístas.

Se trata, de hecho, del segundo lugar más sagrado para el judaísmo, tras el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén. Medio edificio es una mezquita y el otro medio, una sinagoga.

Por ello, la ocupación de esta ciudad ha sido estratégica para Israel. Actualmente, viven en esta ciudad cisjordana casi 200.000 palestinos y 500 colonos judíos ultraortodoxos. El Ejército israelí mantiene una atosigante presencia para proteger a estos colonos, que acosan impunemente a la población palestina.

Para comprobarlo, basta con pasear por el Casco Antiguo de Hebrón y se podrá comprobar que los comerciantes palestinos han tenido que protegerse colocando mallas que tapan toda la calle porque los colonos que ocupan los pisos superiores les lanzan continuamente piedras, objetos contundentes y excrementos. El acoso de los colonos se complementa con el del Ejército que tiene instalados checkpoints con tornos en el centro de la ciudad.

Este acoso tuvo su capítulo más cruento en 1994, cuando un colono nacido en Brooklyn, Baruch Goldstein, mató a 29 palestinos e hirió a 150 disparando en la Tumba de los Patriarcas.

Es sólo un ejemplo de la impunidad que tienen los colonos en Hebrón, ya que son la punta de lanza de la ocupación. Martxelo DÍAZ

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