¡Queremos manifestar nuestro rechazo!
Los firmantes de este escrito, miembros de AHT-Gelditu-Elkarlana, coordinadora que agrupa partidos políticos, organizaciones sociales y personas contrarias al TAV, queremos manifestar a título individual nuestro rechazo por el asesinato del empresario Inaxio Uria.
Creemos que este atentado nos obliga a llevar a cabo una profunda y seria reflexión en el seno del movimiento social de oposición al TAV sobre nuestros mecanismos de movilización y de lucha. Apostamos por la movilización, la resistencia y la desobediencia civil en oposición al TAV, rechazando la intervención de ETA en este conflicto ecológico y social.
Elkarlana viene defendiendo sus ideas a plena luz del día, superando las múltiples dificultades derivadas del cerco informativo y los inmensos medios materiales que tienen los impulsores del proyecto (los gobiernos español y vasco y los agentes económicos beneficiados).
Nuestras armas son la razón y la fuerza de nuestras convicciones así como la adhesión de miles de ciudadanos expresada en múltiples formas en los últimos quince años. Paralizar el TAV y fomentar el debate social en torno a este proyecto depende de la sociedad vasca, de las dinámicas populares que seamos capaces de generar desde el movimiento de oposición al proyecto, y no del supuesto papel de garante de las reivindicaciones populares de una organización armada.
Pedimos a ETA que deje de inferir en las luchas sociales, y que deje de tutelar a la sociedad vasca. Pensamos que el uso de la violencia está entrando en una dialéctica cada vez más incontrolable. Se está poniendo la contundencia en el puesto de mando en detrimento de otros elementos éticos y políticos, y por esa vía cualquier lucha social acaba degenerando, convirtiéndose moral y políticamente en un sinsentido. Esto esta ocurriendo con el actuar de ETA en una Euskal Herria cada vez mas traumatizada por la espiral de las distintas violencias (incluida la del Estado) que se enroscan sin salida posible. Su actuar, además de producir mucho dolor, está generando un grave perjuicio a diferentes causas sociales, como es el caso de la lucha contra el TAV.
Exigimos así mismo una reflexión a la clase política sobre las razones por las cuales hemos llegado a esta situación y que no se utilice este atentado ni para criminalizar la oposición social al TAV ni para sustentar en nombre de la lucha contra ETA la imposición de este proyecto tan contestado en la sociedad vasca.
Ha sido el Estado quien hasta el presente ha utilizado sus instituciones armadas y judiciales para reprimir nuestras movilizaciones, y penalizar con multas y detenciones nuestras protestas y actos de desobediencia pacífica. A la vez que ha empleado todo tipo de artimañas, incluido el chantaje, para llevar adelante su plan expropiatorio de tierras afectadas por el macroproyecto del Tren de Alta Velocidad.
Queremos por tanto salir al paso de quienes trataran de aprovecharse de esta luctuosa situación para llevar el agua al molino de la llamada `Y vasca', intentado deslegitimar nuestro movimiento y potenciar un proyecto, cuyos negativos efectos, en materia social, económica y medioambiental, son además de graves, hoy por hoy incalculables.