Barañain recuerda a Karmele Solaguren y denuncia la lacra persistente de la dispersión
Hace cuatro años, un accidente se cobró la vida de Karmele Solaguren cuando iba a visitar a su hijo Ekain a la cárcel de Alcalá-Meco. Una concentración le recordó ayer en su localidad, Barañain. No fue un hecho aislado: este año se ha producido una decena de accidentes graves.
GARA |
Hace cuatro años, una placa de hielo en una curva en Noviercas (Soria) cercenó la vida de Karmele Solaguren cuando acudía a visitar a su hijo Ekain Gerra a la cárcel de Alcalá-Meco, cerca de Madrid. Desde entonces, cada año se le recuerda con manifestaciones o concentraciones en Barañain. Ayer volvió a hacerse con un sencillo acto que reunió a unos 100 vecinos.
Ante una pancarta con el lema «Karmele gogoan zaitugu, dispertsiorik ez», al mediodía se bailó un aurresku en honor a Solaguren y se reivindicó la lucha contra la dispersión, que se ha cobrado ya las vidas de una quincena de familiares. La penúltima víctima mortal fue esta vecina de Barañain, que tenía 57 años. Su marido también sufrió heridas graves.
En este caso, al dolor producido por la muerte de su madre se añadieron las vejaciones e insultos recibidos por el joven en el traslado a Iruñea para acudir al cementerio. Ekain Gerra fue excarcelado posteriormente, y perdió la vida en un trágico accidente de bicicleta producido en primavera de 2007. Su desaparición ha dejado también un hondo vacío en Barañain, donde era un miembro muy activo del movimiento juvenil.
En el acto se dio lectura a un comunicado que denuncia la política carcelaria y recuerda que los familiares y amigos de los presos políticos vascos también la sufren en sus propias carnes, por lo que se exigieron responsabilidades.
De hecho, en este 2008 a punto de concluir, Etxerat ha contabilizado cerca de una quincena de accidentes de tráfico graves, afortunadamente sin consecuencias irreparables.
A 630 kilómetros
Estos siniestros han afectado a familiares y amigos obligados a desplazarse a puntos muy alejados de sus casas, como demuestra el listado: Alcalá-Meco, Valencia, Navalcarnero (dos accidentes), Curtis (A Coruña), Castellón, Burgos, Aranjuez, Soto del Real, Dueñas (Palencia), Mansilla (León) o Jaén eran los destinos correspondientes.
Según Etxerat, la distancia media a la que se encuentran los presos políticos vascos es de 630 kilómetros. Los 762 prisioneros actuales se encuentran repartidos en nada menos que en 85 cárceles de los dos estados. En defensa de los derechos de los presos, ayer, 25 personas se concentraron en Hondarribia.
El sencillo acto de recuerdo se celebró ante el árbol plantado en honor a Karmele Solaguren, en la llamada Rotonda de la Amnistía de esta localidad de Iruñerria.