Por mucho que se dicten leyes de punto final los crímenes cometidos durante la dictadura militar en Argentina siguen coleando, sin que los familiares de los desaparecidos encuentren consuelo. Paco Cabezas utiliza esa cuenta pendiente de la memoria histórica para, en lugar de decantarse por el cine de denuncia, hacer una película de terror espectral. Con unos impresionantes exteriores rodados en la Patagonia, da una nueva vuelta de tuerca a las posibilidades argumentales planteadas por Shyamalan en su clásico del género «El sexto sentido». La pareja que viaja por Argentina revive hechos trágicos sucedidos en los 70, comprobando su relación familiar con los mismos.