En las últimas horas el Racing de Santander parece haber intensificado las gestiones para hacerse con los servicios de Toni Moral y el centrocampista catalán está más cerca de ver cumplido su sueño de poder jugar en Primera División. Al contrario de lo que ha sucedido en otras ocasiones, la necesidad económica y el hecho de que éste parece el mejor momento para «sacar tajada» de un jugador al que le queda año y medio de contrato, han propiciado que el club albiazul esté dispuesto a vender si la oferta es buena y, como la disponibilidad del equipo cántabro parece buena, el acuerdo podría cerrarse pronto.

En un detalle poco habitual en este tipo de negociaciones, el propio futbolista reconoció ayer en Ibaia que el presidente del club cántabro le había llamado personalmente por teléfono para comunicarles el interés en hacerse con sus servicios. Aunque Toni Moral dijo estar centrado únicamente en el derbi de mañana ante el Eibar, el centrocampista no ocultó su ilusión por poder dar el salto a la máxima categoría, donde Muñiz le quiere para competir con Óscar Serrano en el carril zurdo.

Preguntado en Santander por el tema, el entrenador del Racing se limitó a señalar que es un «buen futbolista que a cualquier equipo le aportaría trabajo, ilusión y ganas», pero que sobre todo serviría para «complementar» la plantilla.

Evitar que juegue

El representante del jugador, su abogado Tomás Lozano, señaló ayer que ninguna de las partes se ha puesto un plazo para concretar la operación -el mercado invernal se abrirá en enero- pero informaciones llegadas desde la capital cántabra hablan de que el Racing quiere cerrar el traspaso cuanto antes, e incluso hablan de que pretenden impedir que juegue mañana ante el Eibar y la semana que viene ante el Tenerife, otro equipo en el que también jugó Moral. No obstante, no parece que la entidad albiazul esté por la labor de quedarse sin uno de los fijos para Salmerón, por lo menos hasta que pueda contar con un sustituto para ese puesto.

En el plano estrictamente deportivo, la principal preocupación de José María Salmerón radica en saber si podrá contar con César en Ipurua, ya que el central gasteiztarra no termina de recuperarse del todo.