We Are Standard refuerza su carácter internacional con su segundo álbum
Con local de ensayo situado en Getxo y miembros repartidos entre la localidad costera y Bilbo, We Are Standard se ha convertido en pocos años en una de las formaciones con mayor proyección de Euskal Herria. Los ritmos flasheados que comenzaron siendo una posible tendencia en su primera demo, son hoy el flujo constante de toda la iniciativa Standard. Volcado sonoro que desemboca entre neuronas, visiones y blanco y negro a color.
Pablo CABEZA | BILBO
En mayo de 2005, Standard ganan Proyecto Demo, asociado a la organización del FIB (Festival Internacional de Binicàssim). En junio de 2006 alcanzan el premio a la mejor banda de Euskal Herria, en el Villa de Bilbao, con derecho a grabación de disco. Previamente, el 28 de marzo de ese mismo año, la discográfica madrileña les publica «3.000v 40.000w», disparado hacia las pistas de baile gracias a «On the floor». Dos años más tarde Standar son We Are Standard, pues el nombre ya está registrado en EEUU y los chicos de Bilbo-Getxo y su discográfica continúan apostando por poder editar internacionalmente sus discos, así que no queda más remedio. No obstante, el grupo gana en sonoridad fonética, por lo que WAS parece el nombre más apropiado para una banda y un sonido cada vez más orgulloso de sí mismo, como demuestra la solidez, pluralidad y cromatismo de «We are standard», su segundo y demoledor álbum, nacido del intenso trabajo de improvisaciones casi diarias realizadas en el baserri que el grupo dispone en Aizkorri, Getxo.
Recordando sus primeras actuaciones, el grupo transmitía la sensación de no tener clara ni la orientación musical (sí el esbozo) ni la envergadura que deseaba dar al proyecto. En realidad, tuvieron que ser los hechos (premios, público, discográfica...) los que le ayudaran a encaminarse en la dirección actual, bailable, densa y vertiginosa. Estado en el que el quinteto se encuentra dispuesto a probar todos sus límites. «Seguimos igual que siempre. Nunca pensamos que íbamos a hacer un disco o ni siquiera un concierto, pero ya ves, así han salido las cosas y estamos currándonos al máximo la oportunidad. No nos consideramos rock stars ni tonterías por el estilo, así que no hay problemas de ego o de actitudes banales dentro del grupo, no lo admitiríamos ni nosotros mismos. Nos gusta ser normales, sin aspavientos ni excentricidades; nos apetecen las mismas cosas simples que a los demás», señala Deu Txakartegi, la voz que aún recuerda a Jim Morrison.
«We are standard» se singulariza tanto por sus desbordes rítmicos como por la fuerte apuesta de producción y lanzamiento de su discográfica. Se ha grabado en Londres y se ha preproducido en Getxo, con visita de Andy Gil, su productor, en tres ocasiones. Ha necesitado meses y meses de trabajo, el pulido de Andy y la orla rítmica del prestigioso Arthur Baker. Además, se ha publicado en formado especial para promoción, digipack para venta, vinilo y disco cedé en un todo en uno y, finalmente, maxi de apoyo, también en vinilo, con «The last time». Aquí, si no baila el público, bailarán las cifras. «A pesar de la producción, el acabado final se parece bastante al origen -apunta Deu-. Andy hizo bastantes cambios, pero el espíritu de los temas sigue intacto y allí donde se cambió demasiado, el tema no se ha incluido. Aun así, creemos que Andy ha captado muy bien cada canción y la idea que había detrás. Andy era un héroe y un ídolo para nosotros. Es el guitarrista de un grupo muy influyente para nosotros, Gang of Four. Él nos ha ayudado a limpiar un poco el sonido y, sobre todo, a perderle el miedo al pop. Su participación ha sido decisiva para que los estribillos suenen más redondos, las melodías más trabajadas y el que tenga un toque de soul en la voz».
Durante las recientes votaciones populares realizadas en la web de la cadena mtv.es, el reciente disco de We Are Standard ha sido elegido Mejor Álbum del Año, por delante, entre otros, de Vetusta Morla y Coldplay.
Lugar: Kafe Antzokia de Bilbo.
Fecha: Hoy.
Hora: 21.30.
Precio: Anticipada 12 euros, taquilla 15 euros.
We Are Standard son vida, golpe, hipnosis rítmica... Un ordenado barullo de sonidos, melodías, cambios y detalles que sobreviven con facilidad a la primera impresión, al primer juicio: disco de baile. Sentencia abusiva que no describe con la amplitud adecuada la calidad y el trabajo de arreglos y estudio que lleva «We are standard», que por una toma aceptada, ha rechazado decenas. Lo demuestra «The last time», pero también «The present», «Bye bye bye», «Other lips, other kisses» o su próximo single «The first girl who got a kiss without a please», de arrebatador estribillo pop. P. C.