El número de trabajadores afectados por los expedientes de regulación de empleo (ERE) en Hego Euskal Herria ha crecido un 54,7% este año y la cifra de personas perjudicadas roza las 20.000 en estas fechas. De ellas, más de 2.000 han perdido ya su empleo. No cabe duda de que la crisis económica ha sido el factor que ha desencadenado esta tendencia, pero no es menos evidente que no todos los expedientes están justificados por la crisis, o lo que es lo mismo, no pocos empresarios están aprovechando la coyuntura para hacer «limpieza» indiscriminada en las plantillas. Ante ello, las administraciones públicas, a través de las autoridades laborales con competencias en este ámbito, se están posicionando nítidamente del lado de la patronal, según se desprende de los datos aportados ayer mismo por el propio consejero de Trabajo del Ejecutivo de Lakua, Joseba Azkarraga, (a los que se suman los de Nafarroa): de los 439 expedientes presentados por las empresas, solamente 13 han sido desestimados por Trabajo. Del resto, 402 fueron aprobados y 24 retirados por las propias empresas. Y la tendencia sigue al alza. Ante el drama que se cierne sobre la clase trabajadora, los datos son demasiado contundentes, no cabe el beneficio de la duda y sí la exigencia de un endurecimiento inmediato de los controles y auditorías para evitar fraudes con cargo a los bolsillos de los trabajadores.