La Federación Vasca de Fútbol (FVF) hizo ayer oficial la decisión de suspender el partido entre las selecciones vasca e iraní que se debía disputar el próximo martes 23 en San Mamés. Las diferencias entre el ente federativo y los jugadores respecto al modelo a seguir por la selección no han desaparecido en las reuniones llevadas a cabo en las últimas semanas y el acuerdo ha sido imposible.

Por lo que ha trascendido de la última reunión celebrada en Durango el miércoles por la noche, una delegación formada por al menos ocho jugadores de fútbol -Joseba Etxeberria, Andoni Iraola, Igor Gabilondo, Mikel Aranburu, Mikel Labaka, Roberto Martínez «Tiko», Gaizka Garitano y Jon Urzelai- intentó llegar a un acuerdo con miembros de la FVF con José Ramón Garai, director de Deportes de Lakua, como testigo de excepción.

Aunque los futbolistas han manifestado en más de una ocasión que el nombre de la selección no es el debate de verdad, sino que la clave está en la voluntad de dar pasos reales en el camino para lograr la oficialidad de una selección nacional que represente a los siete herrialdes, los jugadores tendieron la mano para buscar una salida al enquistado problema de la denominación proponiendo una alternativa que no fuera ni «Euskadi» ni «Euskal Herria». La tercera opción era llamarse «Euskal Selekzioa».

Evidentemente, la Federación no ha querido moverse ni un milímetro de sus postulados y el acuerdo no fue posible, por lo que el partido anual de Navidades ha tenido que ser suspendido. Se trata de una noticia de envergadura, ya que será la primera vez en los últimos quince años que la selección vasca de fútbol no juegue su partido navideño.

Tanto los jugadores como la FVF han preferido tomarse su tiempo para analizar la situación y hacer públicas sus reflexiones. Por medio de una nota, los deportistas anunciaron una valoración la próxima semana: «La Federacion Vasca de Fútbol, a muy pesar nuestro, ha decidido no organizar el partido Euskal Herria-Irán. Nosotros, Euskal Herriko Futbolariak, mantenemos nuestra voluntad y compromiso para seguir avanzando y dar pasos reales hacia la oficialidad de la seleccion de Euskal Herria. Les hacemos saber que haremos nuestra propia valoración de los acontecimientos a principios de la próxima semana».

Por su parte, la Federación Vasca tampoco quiso pronuniarse sobre la decisión y remitió a un comunicado que hará público en las próximas horas. En ese sentido, el silencio del presidente de la FVF Iñaki Dobaran, ex concejal del PNV en Zamudio, que se limitó a reconocer «el mal cuerpo» que le había dejado una noticia «previsible», contrastó con las numerosas declaraciones realizadas por José Ramón Garai, que también asistió a la última reunión entre jugadores y Federación.

«Agentes externos»

Garai calificó la decisión de los jugadores como «un auténtico golpe bajo» y se preguntó: «¿Qué les van a decir a los miles de chicos y chicas que lucen con orgullo la camiseta de la selección y al fútbol base que recibe los beneficios de su partido anual? ¿Quién gana con no jugar? Yo sé quién pierde, pierde el deporte vasco y pierden las selecciones vascas». Además, añadió que no jugar es «especialmente perjudicial para el objetivo de la oficialización de la selección».

Más drástico fue todavía Fernando Asenjo, el presidente de la Asociación de Federaciones Vascas, al señalar que son las Asambleas de las distintas federaciones las que deben decidir sus asuntos, «el nombre o el color de la camiseta», y no «agentes externos» a las mismas, sin precisar a quién se refería.

Por último, la portavoz del Gobierno de Lakua, Miren Azkarate, afirmó que no jugar el partido es «el peor paso para la oficialidad» y añadió que «algunos lo han torpedeado». Azkarate dijo que tiene una sensación de «tristeza y amargura» por la suspensión del partido.